¿Por qué nuestra oración por los inmigrantes? Dios nos llama a orar por los necesitados, incluyendo a los inmigrantes. La Biblia nos recuerda que debemos amar y proteger al extranjero:
1. La oración es un mandato bíblico
Dios nos llama a orar por los necesitados, incluyendo a los inmigrantes. La Biblia nos recuerda que debemos amar y proteger al extranjero:
“No opriman al extranjero, porque ustedes también fueron extranjeros en Egipto” (Éxodo 22:21).
Jesús mismo fue un refugiado cuando sus padres huyeron a Egipto para protegerlo de la ira de Herodes (Mateo 2:13-15). Orar por los inmigrantes es obedecer el llamado de Dios a la compasión y la justicia.
2. Los inmigrantes enfrentan grandes desafíos
Quienes dejan su país enfrentan múltiples dificultades, como:
- Inseguridad y peligro: Muchos migrantes huyen de la violencia, la guerra o la persecución.
- Pobreza y falta de recursos: Algunos llegan sin dinero ni estabilidad económica.
- Discriminación y rechazo: Enfrentan barreras culturales, lingüísticas y legales.
- Separación familiar: Muchos dejan a sus seres queridos atrás, lo que causa dolor y soledad.
- Falta de empleo y vivienda: Conseguir estabilidad en un país nuevo es un gran reto.
3. La oración por los inmigrantes traerá esperanza y fortaleza
Señor Todopoderoso, fuente de amor y misericordia, hoy me acerco a Ti para interceder por todos los inmigrantes que han dejado su tierra en busca de una vida mejor. Tú eres el Dios que guía a los extranjeros y protege al forastero, como lo dice Tu Palabra: “El Señor protege a los extranjeros y sostiene al huérfano y a la viuda” (Salmo 146:9).
Padre celestial, te pido que cubras con Tu manto de amor a cada hombre, mujer y niño que ha tenido que partir de su país debido a la necesidad, la guerra, la persecución o la pobreza. Que no se sientan solos ni abandonados, sino que encuentren consuelo en Ti, quien eres refugio en tiempos difíciles (Salmo 91:2).
Dales fortaleza para enfrentar los desafíos de la adaptación, el idioma y la discriminación. Abre puertas de provisión, empleo digno y un hogar seguro, para que puedan establecerse con paz y estabilidad. Así como guiaste a Israel en el desierto y protegiste a José en Egipto, guía también a los inmigrantes en su caminar.
Señor, toca los corazones de quienes tienen el poder de tomar decisiones en los gobiernos y comunidades. Que haya leyes justas y oportunidades para que los inmigrantes puedan vivir con dignidad. Te pedimos que las iglesias y creyentes sean canales de amor y apoyo, reflejando el mandato de Tu Palabra: “No opriman al extranjero, porque ustedes también fueron extranjeros en Egipto” (Éxodo 22:21).
Gracias, Padre, porque en Ti hay esperanza para los que buscan un nuevo comienzo. Que cada inmigrante pueda confiar en que Tú tienes un propósito y un plan para su vida (Jeremías 29:11). En el nombre de Jesús, amén.