Caracteristicas de Cristo Como Salvador

Cristo como Salvador: Él es el Redentor que, por amor, entregó su vida en la cruz para perdonar nuestros pecados y reconciliarnos con Dios.

Josué 20

«Seguro estoy, pues Cristo me sostiene; Confortado, porque a Él me aferro yo; Salvador, que sea así, Cuando mis moribundos ojos se oscurezcan; De Ti sostenido, a Ti aferrado, Envolviéndome tu amor.»
Se precisa de todas las ciudades de refugio para formar un tipo perfecto de aquel «varón [que será] como un escondedero contra el viento, y como un refugio contra el turbión». Obsérvese:

I. La naturaleza de su designación. Era:

1 DIVINA. El Señor dijo: «Señalaos las ciudades de refugio». Estas ciudades fueron luego santificadas, o separadas por sí, según la voluntad de Dios. Son indudablemente una prefiguración de Cristo (He. 6:18), que por nuestra causa se santificó (separó) a Sí mismo, según la voluntad de Dios.

Desde luego, sería un consuelo para el refugiado, al entrar en la ciudad, saber que estaba en el refugio designado por Dios. Así nosotros podemos tener fuerte consolación, los que hemos huido en pos de refugio. No hay seguridad sino en estar donde y ser lo que Dios quisiera que fuéramos.

2 MISERICORDIOSO. Tenían que ver especialmente con los homicidas. ¡Qué gracia la del Señor de pensar en las tales, y dar provisión para los que verdaderamente sintieran su necesidad de misericordia presente y de protección justa! Esto se encontraba en cada una de estas ciudades, y esto es lo que necesita profundamente cada pecador, y esto es lo que encontramos en Jesús.

Misericordia para perdonar, gracia para ayudar, y el poder de la justicia para proteger. Él es el justificador de cada uno que cree en Jesús. Como pecadores culpables, necesitamos más que un mero refugio: necesitamos una justificación justa, y Cristo es todo esto.

II. Significación de los nombres de estas ciudades.

Al examinar el significado de los nombres de estas ciudades, destaca la característica distintiva de cada una de ellas, al mostrar alguna característica particular del carácter de Cristo, y cuando se toman como un todo ilustran la suficiencia de Cristo como Refugio para afrontar toda nuestra necesidad y la necesidad de todos.

1 CEDES (lugar santo). Un refugio para los inmundos. La santidad de Jesús y la pecaminosidad del hombre es lo que se sugiere aquí de manera simultánea. No se pueden negar ninguna de estas verdades: ambas están claramente enseñadas en la Escritura. La santidad de Jesucristo viene a ser la esperanza de los inmundos. Solo lo limpio puede limpiar. Los injustos solo pueden encontrar refugio en la justicia de Dios. La obra acabada de Cristo da un santo escondedero, porque solo allí son los inmundos hechos santos.

2 No hay purificación para los inmundos aparte de la fuente abierta para el pecado (Zac. 13:1). 2. SIQUEM (Hombro). Un refugio para los fatigados. La oveja perdida encontró seguridad y reposo sobre los hombros del Pastor (Mt. 11:28; Lc. 15:5). Él es Salvador, y Salvador poderoso. «El principado [es] sobre su hombro.»

No hallaremos reposo si nos gobernamos a nosotros mismos, pero los fatigados pueden encontrar reposo bajo su gobierno. Cuando confiamos nos apoyamos no solo en su mérito, sino también en su omnipotencia, o más bien en su omnipotente mérito.

Cuando estamos sobre el hombro, la fuerza del portador está debajo nuestro. ¡Qué refugio para el niño fatigado es el hombro de su amante padre! Cristo ha llevado nuestra carga sobre su hombro, como Sansón llevó las puertas de Gaza.

3 HEBRÓN (comunión). Un refugio para los sin hogar. El hombre es espiritualmente un errante sin hogar, como la paloma de Noé. Fuera del arca no se encuentra reposo, ni comunión, ni seguridad. El pródigo sin hogar encontró refugio en la casa del padre y en la comunión del padre. «Comamos», etc.

Jesucristo es el único Hebrón para el alma. No hay comunión con el Padre excepto por medio de Él (1 Jn. 1:3). No se trata del refugio de una cárcel solitaria, sino en el seno de un ser amante y amado. ¡Qué refugio es el hogar del marino después de una peligrosa travesía, o la lumbre del hogar para un desolado y aturdido peregrino. Así es Jesús para el alma un refugio de amor y comunión (Jn. 17:21).

4 BÉSER (fortaleza). Un refugio para los inermes. El hombre no solo es pecador, sino que es también un pecador impotente. En el caso del homicida, no debía haber nada de autoprotección, y así es para con nosotros. Estamos «sin fuerza». Torre fuerte es el Nombre del Señor, y a ella huirán los justos, y tendrán protección. Huye de la justicia de Dios a la misericordia de Dios.

La misericordia de Dios en Cristo es una fortaleza que nunca puede ceder. No importa lo impotente que te encuentres, ahí estás eternamente a salvo. Jesús es el único Béser, mientras que todas las otras fortalezas fallarán y caerán como los muros de Jericó, por mucho que se cierren las puertas (Mt. 7:27).

5 RAMOT (exaltada). Un refugio para los desesperanzados. Por naturaleza no solo estamos sin fuerza, sino también sin esperanza en el mundo (Ef. 2:12). Los que esperan en el mundo no tienen esperanza. Hemos de esperar fuera del mundo. Él es nuestra esperanza, exaltado a la diestra del Padre con un nombre por sobre todo nombre, elevado y exaltado.

Jesús es nuestro Ramot. Si estás abatido, y te sientes desesperanzado en el mundo, mira arriba. Jesús es un Refugio para ti. «Y Yo, si soy levantado de la tierra, a todos atraeré a mi mismo.» Huye a Él para que Él te oculte, y luego tú serás exaltado con Él. Ninguna montaña pudo salvar del diluvio; los salvos fueron levantados en el arca. Él es el Arca de esperanza.

6 GOLÁN (separado). Un refugio para los tentados. Muchos cristianos son muy tentados en el mundo porque se entremeten mucho con el mundo; no han escapado a Jesús como su ciudad de separación. No se han vuelto exiliados con Él y por su causa. Aunque Él dice: «Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y Yo os acogeré», sin embargo no huyen a Él, y es frecuente que el tentador los alcance. Él se apartó a Sí mismo por nuestra causa, para poder socorrer a los que son tentados.

Golán es la última ciudad mencionada. La separación del mundo y hacia Dios suele ser el último refugio que se busca. Jesús tiene que ser nuestro Todo en Todo si queremos quedar perfectamente refugiados de la maldición, del mundo, de la carne y del diablo.

Al quedar envueltos en los brazos de su poder omnipotente, y reposar en el seno de su amor infinito, podemos cantar con un corazón descansado y gozoso: «Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza». Por estos nombres aprendemos que en Cristo tenemos 1) Santidad, 2) Reposo, 3) Comunión, 4) Seguridad, 5) Exaltación, 6) Separación.

Cristo como Salvador: Su obra salvadora es completa, pues no solo nos limpia de culpa, sino que también nos transforma interiormente por medio de su gracia. Él es el Camino, la Verdad y la Vida, el único mediador entre Dios y los hombres, capaz de restaurar el propósito original de nuestra existencia.

James Smith