¿Qué es Corrupción?
Acción de corromper o corromperse. Vicio o abuso introducido en las cosas no materiales.
¿Qué dice la Biblia sobre Corrupción?
Versículos Bíblicos sobre Corrupción
Fieles que desvanecen, Salmo 12.1.
Corrupto desde nacido, Salmo 58.3.
Ganancias deshonestas, Proverbios 11.18.
Rebelión en el gobierno, Proverbios 28.2.
Plata en escoria, vino en agua, Isaías 1.22.
Maldad se encendió como fuego, Isaías 9.18.
Corrupción entre los sacerdotes, Jeremías 5.31; Ezequiel 22.26; Mateo 27.20.
Corrupto con sangre, Lamentaciones 4.14.
Despreciando a los que dicen la verdad, Amós 5.10.
Mal sin vergüenza, Sofonías 3.5.
Mal corrompe al bien, Mateo 13.24-30.
Oficial romano quería un soborno, Hechos 24.26.
Buscando beneficiarse a costa de otros, Santiago 5.4-5.
Pecado a la luz del día, 2 Pedro 2.13-23.
Sobreviviendo entre maldad, 2 Pedro 4.4-9.
Enfermedad social, Judas 7-8.
Más info sobre Corrupción
El nombre de Fabricio Lucio, célebre general romano de los tiempos primitivos de expansión de la República, ha quedado en la historia como emblema de probidad, sencillez, desinterés e integridad ciudadanas.
Se dice que “hallándose el famoso general en la más completa pobreza fue nombrado embajador por la República, para ir a tratar con Pirro, rey de Epiro, sobre asuntos de la mayor importancia concernientes a su patria. Pirro lo recibió en su corte con las mayores distinciones y trató de inducirlo para que secundara sus proyectos, contrarios a Roma, ofreciéndole honores elevados y grandes riquezas.”
Pirro conocía las valías morales de Fabricio, con quien había luchado en acciones bélicas sin que hubiera logrado vencerlo. Conocía la entereza de carácter del noble patricio y creyó que si lograba inclinarlo a su favor habría hecho una trascendente adquisición.
En efecto, Pirro, haciendo uso de su habilidad, de su talento y sus riquezas, y aprovechando la pobreza de Fabricio, le hizo insinuaciones morbosas, indignas de la elevada moral del ciudadano íntegro.
La contestación de Fabricio fue la siguiente: “Si aún me crees honrado; ¿por qué pretendes corromperme? Y si me crees capaz de dejarme sobornar, ¿de qué puedo servirte?” Tan elocuente contestación hizo retroceder a Pirro y le proporcionó una visión de un hombre cabal, digno de la más alta consideración.—El Embajador.