Sanidad Interior y el Asesoramiento Pastoral
La sanidad interior y el asesoramiento pastoral son dos maneras diferentes mediante las cuales el Espíritu Santo obra en la vida de las personas.
El asesoramiento pastoral es “un abordaje bíblico e inteligente- guiado por el Espíritu Santo- orientado hacia los conflictos sico-espirituales del ser humano con la finalidad de cambiar estructuras y rasgos enfermos de conducta”
La sanidad interior es la obra del Espíritu Santo sobre cuatro áreas específicas: del pecado, las heridas del pasado, la herencia y el ocultismo, que tiene como objetivo sanar, limpiar y liberar al creyente de toda atadura espiritual para que experimente el total señorío de Cristo en su vida.”
Ambos son procesos guiados por el Espíritu Santo de sanidad y santificación que por ende buscan que el creyente asimile el señorío de Cristo de una manera más visible.
Fundamentos Bíblicos para la sanidad interior:
1- Características de la iglesia del fin:
a- Un pueblo cuyo Señor es Cristo verdaderamente: Esto significa un pueblo verdaderamente convertido, un pueblo que se deja ministrar por el Espíritu Santo que no le pone límites al obrar de Dios y vive bajo la unción del Espíritu Santo. Como dice Joel 2:12: “por eso ahora dice Jehová, convertios a mi de todo vuestro corazón, con ayuno, lloro y lamento”
b- Un pueblo lleno de unción:
Entendemos unción como la percepción de la maravillosa presencia de Dios con la mente, el cuerpo y el espíritu. La presencia de Dios esta en todo creyente. Sin embargo no todos tienen unción de lo alto. Para que haya unción debe haber señorío de Cristo, el absoluto e incondicional gobierno de Cristo en nuestras vidas. Hay una diferencia entre aquellos que simplemente sirven y aquellos que sirven con unción. El secreto esta en tener hambre Dios.
c- Un pueblo con hambre de Dios:
En el Salmo 84 :1-2 nos muestra un hombre con hambre de Dios.
“Anhela mi alma y aún ardientemente desea los atrios de Jehová; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.”? En esta palabra hay fuego, hay anhelo de Dios.?Hubo un hombre, David, que descubrió que el único verdadero lugar para habitar era, y aún hoy es la presencia de Dios, el lugar santísimo para beber de su presencia, alimentarse de su verdad.
Hambre de Dios es el deseo de vivir con El. El salmista habla de “Habitar” y no “visitar”. Habitar quiere decir “vivir con”. Sin embargo, visitar significa “ pasar por”. Lamentablemente siempre enseñamos y aprendimos sobre la visitación del Espíritu Santo pero nunca de habitar en El.?Tu hambre de Dios marcará tu nivel de unción.
d- Un pueblo iluminado por la luz de Cristo para detectar sus pecados y miserias y buscar santidad
Ese es el primer deseo que viene de estar en la presencia de Dios, el deseo de morir a la carne, a nuestra humanidad y a nuestro orgullo. Podemos decir como el alfarero “Señor se tu mi alfarero” (Jeremías 18:1-6). Debemos como pueblo de Dios comenzar a sensibles y como barro en las manos del Gran Alfarero.
e- Un pueblo lleno de poder y autoridad como nunca antes
Con la promesa de la unción viene la del poder. ?El salmo 84:7 dice:?“Irán de poder en poder, y verán a Dios en Sión”? El poder es para vencer en el servicio: sea la oración, la ministración, la enseñanza etc.
2- El ministerio de Jesús:
Los siguientes versículos y pasajes de la Palabra de Dios muestran el alcance del ministerio de Jesús que no sólo consistió en enseñar, predicar, y hacer discípulos, sino también en sanar enfermedades físicas, y traer liberación a aquellos que estaban atormentados por demonios. La sanidad era parte de la misión cristiana de liberación.
Mateo 4:23-24 Mateo 8:16 Marcos 16:17 Lucas 11:14
Su gran comisión incluye las siguientes promesas: Marcos 16:18 ?“... sobre ellos podrán manos y sanarán...” Juan 14:12
“...el que cree en mi, las obras que yo hago, él las hará también, y aún mayores hará...”
3- La autoridad que tenemos en Cristo
En Mateo 28:18 leemos:
“Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra”
Permítanme una licencia. Creo que Jesús tuvo con el Padre y con el diablo diálogos como los que leerán a continuación:
Un día Dios Padre le dijo a Jesús:- Necesito que vayas a la cruz a morir- Jesús obedeció y dijo:- Padre si esta es tu voluntad, así lo haré-
Fue a la cruz, murió y la muerte lo retuvo por tres días. Pero, al tercer día Jesús le dijo al diablo: -Yo soy el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, porque vine sin pecado y morí sin pecado-. Y la muerte tuvo que soltarlo.
Entonces Jesús tomó las llaves del Hades donde estaban prisioneros todos los muertos hasta ese momento y abrió la puerta y comenzó a llamar a sus profetas. Le dijo que podía salir porque tenía las llaves del Hades y de la muerte, y había recibido autoridad sobre ellos.
Dice la Biblia más adelante, que luego de varias apariciones, subió a los cielos y se le presentó al Padre y le dijo:-Padre mío, fui a la cruz y morí, derrame mi sangre, tal cual me lo pediste ,y lo hice por amor. Ningún pecado fue hallado en mi.-
Dios Padre le contestó:-Hijo, porque has vencido, y fuiste sin pecado, y diste tu vida y lo hiciste por amor, yo hoy te doy un nombre y te exalto, te doy todo poder y toda autoridad; ven siéntate a mi diestra.-?Como recompensa Dios le devolvió al Hijo todo lo que había tenido ante de venir a la tierra.
Pero Jesús estaba intranquilo. Dios Padre le preguntó porque. Y Jesús le respondió: -Estoy enamorado, fue como amor a primera vista. Y ahora tengo una novia- la iglesia- y quiero darle todo.-.
Dios entonces le dio permiso para que no sólo le concediera la misma autoridad sino también que estuviera sentada en los mismos lugares celestiales.
Y así lo declara Efesios 2:6:
“... juntamente con El nos resucitó y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo”
Ese es nuestro lugar, la diestra de Jesús y ahora tenemos toda la autoridad que El tiene y tuvo aquí en la tierra para sanar en su nombre cualquier enfermedad, echar fuera demonios y resolver cualquier problema porque Jesús mismo nos dio el poder.
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