ELEMENTOS DE UNA ORACIÓN EFICAZ. Bosquejos Bíblicos para Predicar Salmo 25:1-11
Los Salmos han sido llamados por el doctor A. Murray «El libro de oración de los santos de Dios». En este libro, el espíritu de oración y el espíritu de alabanza están estrechamente unidos; son indivisibles. Este salmo busca enseñarnos cómo orar.
I. Elementos de la oración.
1. FERVOR DEL ALMA. «A ti, oh Jehová, levantaré mi alma» (v. 1). ¿De qué sirve levantar nuestra voz o nuestros ojos a Dios, si el alma no está en ello? El oído de Dios no es atraído por esta música tan carente de alma. Lo encontramos cuando lo buscamos de todo corazón.
2. FE. «Dios mío, en ti confío.» No podemos gustar la bondad del Señor meramente hablando de ella; la lengua del alma debe tocarle. La fe es la mano que se ase de su promesa.
3. DESEO POR SUS CAMINOS. «Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas» (v. 4). Esto implica abandonar nuestros propios caminos (Is. 58:6), y una buena disposición a seguir sus pisadas. «Presentaos a Dios».
4. DESEO POR SU VERDAD. «Encamíname en tu verdad, y enséñame » (v. 5). Éste debe ser el anhelo de aquel corazón en el que está el
Espíritu Santo, porque «cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda la verdad» (Jn. 16:13). Un fuerte anhelo por la mente y la voluntad de Dios es un factor poderoso en la oración que prevalece.
5. DESEO POR SU HONOR. «Oír tu bondad, oh Jehová» (v. 7). «Por amor de tu nombre, oh Jehová» (v. 11). Apelar a su Nombre es apelar a su naturaleza. Su bondad constituye su carácter (véase Éx. 33:18, 19; 34:5, 6). Cuando Él santifica su gran nombre entre las naciones (ver Ez. 36:23), Él se da a conocer a Sí mismo como Jehová Dios, misericordioso y lleno de gracia. «Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.»
6. PACIENCIA. «En ti he esperado todo el día» (v. 5). Preséntense vuestras peticiones delante de Dios, pero tenga también la paciencia su obra perfecta. No hay virtud en esperar, a no ser que sea esperar en Él. «Los que esperan a Jehová tendrán nuevo vigor».
7. CONFESIÓN. «De los pecados de mi juventud, y de mis transgresiones, no te acuerdes» (v. 7). No debe haber ocultamiento del pecado; ni pasar por alto las transgresiones de los días tempranos. Los que quieran tratar con un Dios santo y justo deben ser perfectamente honrados en los propósitos de su corazón. «Dios no puede ser burlado.»
II. Alientos a la oración. «Sean presentadas vuestras peticiones delante de Dios.»
1. Por cuanto Él es BUENO Y RECTO (v. 8). Dios es amor, y Dios es luz. La bondad de un Padre es aquí asociada con la rectitud de un soberano lleno de gracia.
2. Por cuanto Él ENSEÑA A LOS PECADORES (v. 8). ¡Qué condescendencia!: El Dios Omnipotente dispuesto a ser el maestro del pecador. Su deseo es conducirnos en su camino. Él enseña para salvación y para eterno provecho.
3. Por cuanto Él ENCAMINA AL HUMILDE (v. 9). Él no conduce a alguien porque sea rico, o erudito, porque no todos pueden alcanzar esto, pero cualquiera puede ser humilde y aprender la sabiduría celestial.
4. Por cuanto «TODAS LAS SENDAS DE JEHOVÁ SON MISERICORDIA Y VERDAD, para los que guardan su pacto y sus testimonios » (v. 10). Misericordia y verdad constituyen la necesidad diaria del peregrino celestial. La misericordia, para perdonar y purificar; la verdad, para conducir, fortalecer y satisfacer. Salir de los caminos del Señor es salir del canal de suministro.