UN TERRIBLE DESAFÍO. Amós 4:6-13. Bosquejo Bíblico para predicar
Es una acción terrible cuando el Dios Todopoderoso desafía a una nación a un combate definitivo. «PREPÁRATE PARA VENIR AL ENCUENTRO CON TU DIOS, Oh Israel.» Esto es una declaración de guerra. Han fracasado todas las negociaciones, y ha sobrevenido la ruptura.
Ahora, según la manera de los hombres, Dios les reta a la lucha. Es cosa bien evidente que en su pasado ésta iba a ser una lucha desesperanzada. Y para este fin es indudable que fue hecha.
I. ¿Por qué fue lanzado este desafío? Porque Jehová había tratado de someterlos mediante maneras más misericordiosas; y habiendo fallado la última de éstas, he aquí que sobrevino un desafío. Dios da sus razones antes de pronunciar este ultimátum.
1. «Os hice estar a diente limpio (hambre) en todas vuestras ciudades… MAS NO OS VOLVISTEIS A MI» (v. 6).
2. «Hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no». Así, el ESTABLECIMIENTO DE DISTINCIONES debiera haber despertado la ansiedad, «Con todo, no os volvisteis a Mí» (v. 10).
3. «ENVIÉ CONTRA VOSOTROS MORTANDAD… maté a espada a vuestros jóvenes… mas no os volvisteis a Mí» (v. 10).
4. «Os trastorné como cuando Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis como tizón escapado del fuego; mas no os volvisteis a Mí» (v. 11).
El propósito de toda esta disciplina era volverlos a Sí, mas ellos no quisieron. «He llamado, y vosotros habéis rehusado.» Ahora, pues, «¡Prepárate para venir al encuentro de tu Dios!» ¿Estamos ahora oyendo su voz y viendo su mano de advertencia en sus tratos providenciales con nosotros?
Cosa mísera es persistir, puede que en silencio, en una controversia diaria con el Dios cuyo propósito en misericordia es que volvamos a Él. «Me levantaré, e iré a mi Padre.»
II. Este reto tiene que ser aceptado. Tenemos que ir «al encuentro de Dios». ¿Pero cómo? ¿Tiene que ser en batalla o en paz? ¿Cómo enemigos o como amigos? Si se trata de una cuestión de nuestra fuerza contra el poder de nuestro Dios, ¿quién podrá estar en pie?
Aunque un hombre pudiera estar preparado estando dotado de los mejores recursos inherentes en la raza humana, no podía osar con ninguna esperanza de éxito enfrentarse y desafiar la «ira de Dios».
Toda preparación para ir a encontrarnos con Dios en nuestra propia fuerza y virtud moral es absolutamente vana y presuntuosa. Pero debemos ir a su encuentro, y podemos ir a Él, pero nunca con esperanza si es como Antagonista.
Entonces, ¿cómo podemos encontrarnos con Él en paz siendo que nos hemos rebelado deliberadamente contra su ley e insultado su paciencia? ¡Ah, ahí está el misterio y la majestad de la gracia por medio de Jesucristo, su Amado Hijo, que en favor nuestro y de parte de Dios dio su vida en rescate por nuestros pecados, para que por medio de la fe en su Nombre vencedor quedamos reconciliados con Dios, y podemos venir con libertad delante de su trono, y hallar gracia para ayudar en nuestro tiempo de necesidad (He. 4:16).
Cristo ha afrontado, por nosotros, todas las justas demandas de la santa ley de Dios, y todas las exigencias de su santidad. Por ello, nuestra preparación para encontrarnos con Dios en gozo y paz está en nuestra aceptación y confianza en la obra acabada y en el victorioso Nombre de Jesús. ¡Gracias sean dadas a Dios por su Don Inefable!