¿Cómo mantener la fe en medio de las pruebas? es clave enfocarnos en Dios y su palabra
¿Cómo mantener la fe en medio de las pruebas? Responderé con otra pregunta ¿Cómo sabremos que es fe lo que nos sostiene a menos que tengamos pruebas?
La vida está llena de momentos de alegría, pero también de desafíos que ponen a prueba nuestra fe. Las pruebas pueden venir en muchas formas: enfermedades, pérdidas, desilusiones, crisis económicas o relaciones fracturadas.
Las pruebas, una oportunidad para crecer y saber de qué estamos hechos
En esos momentos, es fácil sentir que Dios está lejos o que nuestra fe no es suficiente. Sin embargo, la Biblia nos enseña que las pruebas no son el final de nuestra historia, sino una oportunidad para crecer y fortalecer nuestra confianza en Dios, pero por sobre todo: Saber de qué estamos hechos.
En Santiago 1:2-4, leemos: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”
Una contraposición de sentido “sumo gozo” “halléis en diversas pruebas”
Este pasaje nos recuerda que las pruebas tienen un propósito: moldear nuestro carácter y acercarnos más a Dios. Aunque no entendamos en un primer momento el “por qué” el apóstol lo deja claro “sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”
Pero sea que lo entendamos o no, podemos confiar en que Él está obrando para nuestro bien (Romanos 8:28),
Mantener la fe en medio de las pruebas no significa que no sintamos dolor o confusión.
Jesús mismo, en el huerto de Getsemaní, expresó su angustia ante la cruz, pero al mismo tiempo se sometió a la voluntad del Padre (Mateo 26:39). Esto nos enseña que la fe no es la ausencia de lucha, sino la decisión de confiar en Dios a pesar de las circunstancias.
Una forma práctica de mantener la fe es aferrarnos a las promesas de Dios. Versículos como Isaías 41:10 (“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”) nos recuerdan que no estamos solos.
“Yo estoy contigo” significa “Dios por nosotros”, el compromiso de Dios a estar siempre al lado de sus hijos.
“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”
Romanos 8:31
Además, la oración y la meditación en la Palabra nos ayudan a renovar nuestra mente y a recordar la fidelidad de Dios en el pasado.
Finalmente, rodearnos de una comunidad de fe es esencial.
Compartir nuestras cargas con otros creyentes (Gálatas 6:2) nos brinda apoyo y nos recuerda que no estamos solos en este camino.
Las pruebas son temporales, pero la fe en Dios nos sostiene para siempre. Como dice 2 Corintios 4:17: “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.” Confía en que, al final, Dios obrará todas las cosas para bien.