En la búsqueda diaria de una vida en comunión con Dios, los devocionales evangélicos nos invitan a sumergirnos en las Escrituras, encontrar consuelo en la oración y crecer en fe.
Nuestro llamamiento no es primariamente a ser santos sino proclamadores del evangelio de Dios. Lo que tiene una primordial importancia es que el evangelio de Dios sea reconocido como la realidad permanente.
La adoración consiste en darle a Dios lo mejor que Él te ha dado. Ten cuidado con la manera como utilizas lo mejor que posees. Siempre que recibas una bendición del Señor, devuélvela como una ofrenda de amor.