Tú eres mío todo el tiempo y más allá del tiempo, en la eternidad. Ningún poder puede negar tu herencia en los cielos. Quiero que te des cuenta cuán seguro estás.
Estás en el camino correcto. Escúchame más a mí y menos a tus dudas. Te voy guiando por el camino que preparé solo para ti. Por lo tanto, es un camino solitario, humanamente hablando.
Sigue caminando conmigo, disfrutando de mi Presencia incluso en los momentos de adversidad. Yo voy siempre delante de ti pero a la misma vez camino a tu lado. Obsérvame cómo te hago señas como queriendo decirte: «¡Ven! Sígueme».