Fe más preciosa que el oro es aquella que ha sido probada en el fuego de la adversidad y sigue firme en Dios.
Fe más preciosa que el oro es la que nos permite ver más allá de las circunstancias y aferrarnos a la esperanza en Cristo. Las riquezas y posesiones pueden perderse, pero la fe genuina, refinada por las pruebas, tiene un valor eterno. Es esa confianza inquebrantable en las promesas de Dios lo que nos sostiene, incluso cuando todo a nuestro alrededor parece incierto.
Sometida a prueba vuestra fe
Uno de los versículos más importantes de todas las Escrituras se encuentra en 1 Pedro 1:7: “Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”.
También nos dice Pedro lo que podemos esperar enfrentar en tales pruebas de fe: “Aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas” (versículo 6). Pedro dice: “Si eres un seguidor de Jesucristo, entonces serás probado severamente”.
Pedro deja en claro que tales pruebas de fe no están destinadas a los cristianos nominales; estas pruebas de fuego están destinadas a creyentes 100% entregados. Los cristianos tienen una “esperanza viva” debido a su fe (1:3).
Fe más preciosa que el oro
En pocas palabras, Dios nos dice: “¡Tu fe es preciosa para mí, más preciosa que todas las riquezas de este mundo, que un día perecerá! Y en estos últimos días, cuando el enemigo envíe todo tipo de mal contra ti, quiero que seas capaz de mantenerte fuerte, con una fe inquebrantable”.
Amados, la prueba de nuestra fe es importante porque el poder guardador y libertador de Dios, es liberado de acuerdo con nuestra fe en él. Cuanto más fuerte sea nuestra fe, más se liberará su poder guardador en nuestras vidas.
Un fe duradera
Pablo testifica que soportó fuertes adversidades y pruebas: “Sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido” (Hechos 20:19). Él estaba reconociendo: “Sé que en todo lo que yo atravieso, el Señor está tratando de moldear algo en mí”. ¡Él quiere manifestar una fe duradera!
Y Santiago escribe: “Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” (Santiago 1:2-3). Santiago está diciendo: “Cada vez que te sobrevengan pruebas duras, ¡gózate!” El Señor está obrando, trayéndote a un lugar de descanso y fe en él.