Pablo: (en griego, Paulos, cf. en latín, pequeño). «Apóstol a los gentiles» (Romanos 11:13) llamado también Saulo (en hebreo, pedido; → Saúl). Probablemente llevaba ambos nombres desde la niñez, pero comenzó a usar el nombre grecorromano al iniciar su ministerio entre los gentiles. Su conversión al evangelio fue una prueba contundente de la veracidad del mensaje cristiano. Sus enseñanzas han contribuido grandemente a la formación del pensamiento cristiano. Como autor, solamente lo supera Lucas en la extensión de su contribución al Nuevo Testamento. Fundó iglesias en Asia Menor, Macedonia y Grecia durante tres viajes misioneros. Trabajó ministrando en Roma y posiblemente viajó hasta España predicando el evangelio.
Fuentes:
Nuestra información sobre la vida y el pensamiento de Pablo viene de Hechos y de las trece epístolas paulinas. En Hechos, Lucas no ofrece una biografía de Pablo, pero ha dejado mucha más información biográfica de la que se halla en las cartas de Pablo. Además de mencionarlo varias veces en la primera sección de su libro, Lucas dedica por completo los últimos dieciséis capítulos a Pablo. Aunque trece epístolas del Nuevo Testamento se atribuyen al apóstol, quizás haya escrito muchas más (cf. 1 Corintios 5:9; 2 Corintios 2:4; Colosenses 4:16).
Aquí damos por aceptado que → Hebreos no es de Pablo. Pero la crítica liberal pone en tela de juicio que las → epístolas pastorales sean suyas basándose en lo siguiente:
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Diferencias de estilo y vocabulario.
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Un argumento histórico apoyado en que las Pastorales no encajan la vida de Pablo tal como esta se relata en Hechos.
Sin embargo, no podemos olvidar que Pablo tuvo uno o más secretarios que colaboraron en la redacción de cartas auténticamente paulinas como Gálatas. Además, no debemos dar por sentado que Hechos nos lleva hasta el fin de la vida de Pablo, cuando en realidad lo deja en Roma, ca. 63, y es muy posible suponer otros años más de ministerio y otra prisión antes de su muerte.
Pablo siguió el estilo epistolar de los griegos: comienza con el nombre del autor, el nombre del destinatario y un saludo. A menudo agrega a los nombres una descripción de la condición cristiana, tal como «siervo de Jesucristo», «apóstol», «amados de Dios» (Romanos 1:1, 7). A veces menciona a otros con él en la salutación, sin insinuar que sean coautores, lo cual es evidente por el carácter personal de las cartas. Los griegos acostumbraban expresar también acciones de gracias, adulaciones y peticiones por la salud de los destinatarios. Tan característica es esta norma de las cartas de Pablo que su omisión en Gálatas sugiere inmediatamente la honda preocupación que motiva esta carta.
Posiblemente el apóstol haya dictado sus cartas a un amanuense (Romanos 16:22), pues incluye una referencia especial cuando escribe una frase de su propia mano (Gálatas 6:11; Colosenses 4:18; 2 Tesalonicenses 3:17). El vigor de su estilo manifiesta lo improvisado de su manera de escribir, aunque muchos pasajes presentan una redacción más cuidadosa (por ejemplo, 1 Corintios 13; Filipenses 2:5–11) y sugieren el uso de pasajes compuestos previamente.
Las epístolas de Pablo pueden clasificarse en cuatro grupos:
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Primera y Segunda de Tesalonicenses, escritas en su segundo viaje misionero, desde Corinto.
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Primera y Segunda de Corintios, Gálatas y Romanos, escritas en su tercer viaje. (Reconocemos la imposibilidad de fijar con exactitud la fecha en que se escribió → Gálatas.)
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Efesios, Colosenses, Filemón y Filipenses, llamadas Epístolas de la prisión, escritas durante el primer encarcelamiento en Roma.
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Primera y Segunda de Timoteo y Tito, llamadas las Pastorales, la primera y la última escritas después de ser liberado de la primera prisión, y 2 Timoteo poco antes de su muerte en la segunda prisión romana.
Vida:
Antecedentes:
Pablo fue producto de la civilización grecorromana y del judaísmo de sus padres. Nació en la ciudad romana de → Tarso, capital de Cilicia (Hechos 22:3), y aún en años posteriores se le relacionaba con esta ciudad típica de las ciudades romanas que heredaron la civilización helénica, y un notable centro de cultura (Hechos 9:11, 30; 11:25). No sabemos por cuánto tiempo ni en qué grado influyó este ambiente en el joven Pablo. En Hechos 22:3 se nos indica que se crió en Jerusalén, pero no aclara desde qué año.
El hecho de que sus padres fueran ciudadanos de Tarso indica que había residido allí por algún tiempo e identifica a la familia con una colonia judía permanente en aquel lugar. Esto explica en parte la facilidad, dignidad y pasión de poeta que Pablo manifiesta en su manejo del idioma griego. También puede explicar su familiaridad, aunque rudimentaria y popular, con el pensamiento y la filosofía gentil.
Muchos han notado en el apóstol la universalidad y el amor a la verdad y a la investigación, que eran cualidades del griego. No solo su procedencia de una ciudad grande y culta, sino también su ciudadanía romana era motivo de orgullo para Pablo (Hechos 16:37; 21:39; 22:25ss). Esta última lo libró de la injusticia y facilitó su entrada a la aristocracia del imperio. En efecto, Pablo desempeñó el papel de un caballero romano por su compostura ante gobernadores y reyes y por el respeto que estos le mostraron. Es evidente que las instituciones romanas le impresionaron hondamente (Efesios 2:19; Filipenses 3:20), y que se había instruido en las leyes y el vocabulario forense.
Más que sus raíces farisaicas y romanas, en Pablo influyó el judaísmo. En Filipenses 3:5, 6 no solo se atestigua de la pureza de su linaje, sino también de su crianza en el conocimiento del Antiguo Testamento y en un hogar de habla aramea (cf. Hechos 22:2). Se jacta de las estrictas normas de su vida farisaica y de su fidelidad a la Ley. Su amor a su nación y su orgullo de ser judío, aun después de ser cristiano, se ven en Romanos 9:1–5 y 10:1. (→ Fariseos.)
Según la costumbre judía, debió de ingresar en la «casa de interpretación» a los quince años de edad para que le instruyeran los escribas. Su maestro fue → Gamaliel, hombre piadoso, pacífico y franco, con quien estudió a fondo el Antiguo Testamento, el griego (→ versiones), el hebreo y los métodos exegéticos rabínicos (Hechos 22:3; cf. 5:34ss). Antes de su conversión a Cristo, los líderes judíos en Jerusalén respetaban a Pablo (cf. Gálatas 1:14) como infatigable defensor de su fe y enemigo acérrimo del cristianismo (Hechos 9:1s). Según la costumbre judía, aprendió también un oficio, la fabricación de tiendas, que ejerció a lo largo de su ministerio (Hechos 18:3; 1 Corintios 4:12; 9:14, 15; 1 Tesalonicenses 2:9).
Cronología:
Son pocas las fechas relativas a Pablo que pueden determinarse con exactitud; pero ciertos datos nos proporcionan una cronología aproximada de su ministerio. La fecha más segura es la del inicio del proconsulado de → Galión de Acaya en julio de 51 d.C. (algunos opinan 52). Así pues, Pablo tiene que haber salido de Corinto antes del fin del 52. Otras fechas confirmadas son la de la muerte de → Herodes Agripa I, en 44 (Hechos 12:20–25) y la de la ascensión de → Festo (Hechos 24:27), en 50 ó 60. Eusebio afirma que Pablo murió durante los últimos años de Nerón, ca. 67 (→ cronología del Nuevo Testamento).
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