De modo que un discípulo cristiano es una persona que está determinada a seguir a Jesucristo, con el deseo de aprender de El y vivir según su ejemplo.
Cinco Principios Básicos
1. Un discípulo es una persona que vive continuamente según la Palabra de Jesús.
No son personas que siguen sólo ocasionalmente las palabras del Maestro, sino personas que se comprometen a llevar hasta el fin sus enseñanzas de una manera disciplinada y confiada.
Jesús es nuestro Maestro. El nos hablará palabras vivas diariamente a través del Espíritu Santo. Lo que necesitamos hacer nosotros es vivir en nuestra vida diaria los mandamientos, enseñanzas y ejemplos que ya nos ha dado.
El pensamiento principal detrás del discipulado no es uno de inspiración sino de instrucción. Debemos poner en práctica lo que nos ha sido revelado hacer por la Palabra de Dios. Necesitamos los fundamentos estables de la obediencia a la Palabra de Dios como la base de nuestro discipulado, si no estaremos a merced de toda noción o sentimiento subjetivo que venga.
2. Un discípulo es una persona qué confía su vida completamente al Señor.
Esta confianza debería ser total, mas no es sólo un compromiso con cualquiera, sino con un Maestro amoroso que no tiene interés en sí mismo, sino que se preocupa por nuestro bienestar y crecimiento total en Dios.
Jesús tiene el derecho de exigir este cometido porque entregó su vida por nosotros. Jesús está totalmente comprometido con nosotros y quiere el mismo compromiso como respuesta. Quiere que confiemos en El a cada paso, mientras El lleva nuestra vida y la moldea según su voluntad
(Mateo 6:24; Juan 10:1-18)
3. Un discípulo es uno que vive una relación fructífera con Jesús (Juan 15:4-5).
"Nuestra unión con Cristo hace posible una vida a través de la cual otros pueden ser salvos. Cuando un árbol está tan lleno de savia que ya no la puede aguantar, ¡el resultado es el fruto! Cuando un cristiano está lleno de Cristo, otros lo ven y oyen sobre El y su ejemplo llevará entonces a que otros sean renacidos espiritualmente en el Reino de Dios.
Así los nuevos creyentes son uno de los frutos del discipulado". Sin esta clase de productividad en nuestra vida, el Reino de Dios no se expandirá y el cuerpo de Cristo no crecerá.
4. Un discípulo es uno que está comprometido con un amor incondicional y de sacrificio por otros (Juan 13:34-35).
Este no es ningún amor humano ordinario sino el amor que Dios ha demostrado hacia nosotros. Es un amor desinteresado que no busca ganancia para estimular su acción. La palabra griega para este amor es "ágape" que significa "amor desinteresado", donde Dios y los demás son más importantes para nosotros que nuestros propios deseos egoístas.
5. Un discípulo es uno que está dedicado al cumplimiento de la comisión de Cristo (Mateo 28:18-20).
La meta de nuestro discipulado debería ser la de ganar otros discípulos, no sólo convertidos. Los convertidos pueden cambiar sus mentes, pero los discípulos siguen a su Maestro.