Hacedores de la voluntad de Dios
“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:10). Esta fue la oración de nuestro Señor y Salvador, la oración que enseñó a sus seguidores.
En el cielo no hay pecado, ni desobediencia, ni rebelión, ni nada que corrompa. ¡Qué lugar tan maravilloso sería este mundo si todo se hiciera según su voluntad! No habría más dolor de corazón, ni lágrimas, ni robos, ni asesinatos, ni ninguna clase de crimen.
¡Sería un cielo terrenal! Si Jesús oró que se hiciera la voluntad del Padre, y dijo a sus seguidores que así oraran, nuestra mayor preocupación debe ser saber cuál es su voluntad y hacerla. Dios ha revelado su voluntad a su pueblo.
Esta revelación se encuentra tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento de la Santa Biblia. Muchas personas piden a Dios que revele su voluntad para cosas o actos específicos. Jamás debemos preguntar cuál es la voluntad de Dios para cosas específicas o personales al mismo tiempo que ignoramos su voluntad revelada.
Hagamos su voluntad revelada, y Él dirigirá nuestras peticiones personales. Debemos desear hacer su voluntad para que Él revele su voluntad a nosotros (Juan 7:17).
• Jesús dio el supremo ejemplo de hacer la voluntad de Dios.
• Él no buscó su propia voluntad (Juan 5:30), aun hasta la muerte en la cruz (Juan 6:38).
• Jesús dijo: “He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad” (Hebreos 10:7).
• Él se sometió a la voluntad del Padre (Lucas 22:42).
• ¿Por qué es tan importante que sepamos cuál es y hagamos la voluntad de Dios? Sólo los que obedecen su voluntad entrarán en el reino de los cielos
(Mateo 7:21). Algunas de las cosas que Dios quiere para nosotros son como sigue:
• “Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación” (1 Tesalonicenses 4:3; 1 Pedro 1:16).
• La santificación tiene dos aspectos: Separados del pecado, y separados para Dios.
• Es la voluntad de Dios que hagamos el bien (1 Pedro 2:15). Jesús dijo que la gente vería nuestras buenas obras y glorificaría a nuestro Padre en el cielo (Mateo 5:16).
• Algunas de las buenas obras que el Señor espera de nosotros se encuentran en Mateo capítulo 25. Es la voluntad de Dios que seamos hacedores de su Palabra, no oidores olvidadizos (Santiago 1:22-25).
• Al hacer su voluntad, seremos bendecidos (v. 25b).
• Si no hacemos la voluntad de Dios, nuestra fe es inútil (Santiago 2:17). Demostramos nuestra fe con nuestras obras (Santiago 2:18b).
• Pablo dijo a los efesios: “No seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” (Efesios 5:17). Por los colosenses él oraba “que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual” (Colosenses 1:9).
• Oremos y hagamos todo esfuerzo para que “comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2b).
• Siempre recordemos que “el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:17b).
Hugh Jeter. 52 Estudios Biblicos