3. ¿PARA QUIÉN ES ESTA SERIE?
Es para el creyente maduro que ha escuchado siempre lo mismo por mucho tiempo y desea y necesita ser desafiado. No es para predicarlo el próximo domingo en el púlpito sino para discutirlo entre creyentes maduros 1 Corintios 2:6, reflexionar sobre los viejos conceptos desde nuevos ángulos. No se trata de formular doctrinas nuevas ni rechazar interpretaciones tradicionales.
Más bien se trata de ampliar el panorama dialogando dentro de nosotros mismos, con Dios y con otros creyentes espirituales, capaces y maduros, los “que tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” y que desean “ir adelante a la madurez”, más allá de “los rudimentos de la doctrina de Cristo” Hebreos 5:14-6:2.
Según San Pablo, en cada congregación tiene que haber un grupo de creyentes maduros, los ancianos de la Iglesia, los que van adelante del resto de la tropa, “que han alcanzado madurez y que hablan sabiduría, y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo...sino sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta...” 1 Corintios. 2:6-7. Estos son los que desean “contemplar la hermosura de de Jehová e inquirir en su Templo” Salmo 27:4. Esto es lo que hacían los Ancianos de la Iglesia en Antioquia Hechos 13:1-2 y los de Berea Hechos 17:10-11.
Creyentes maduros, son los que han nacido en la Iglesia, conocen bien los principios rudimentarios de la fe, tienen una relación fluida con el Padre y con todo lo celestial, invisible, infinito y eterno, son espirituales. Son los que aman la oración, la meditación, contemplación, visualización y comienzan a leer las Sagradas Escrituras con mentes desinhibidas.
La comida sólida es necesidad y privilegio de los creyentes maduros. Tenemos la obligación de seguir investigando las inmensidades de Dios, y entrar a “la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria... cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman... pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu... nosotros hemos recibido el Espíritu que proviene de Dios para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos... nosotros tenemos la mente de Cristo” 1 Corintios 2:7-16.
Esta era la oración de Pablo: “para que el Dios de nuestros Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el cocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza...” Efesios 1:15-19.
Estos diálogos son para creyentes no perezosos, que tienen energía para estudiar, leer las Escrituras a nuevo e investigar lo que hasta hoy no han entendido o no les convence del todo. Si usted no está dispuesto a leer cada cita bíblica que yo cito, y meditarla, no debe ni siquiera comenzar este curso.
Si usted lee solo mi comentario sin detenerse a comprobarlo con la Sagrada Escritura y el sentido común, usted es una persona peligrosa, que puede rechazar todo por no leer los versículos o aceptar todo por no investigar si es así o no. Estos diálogos son para creyentes muy curiosos y deseosos de saber más, que tienen tiempo para estudiar y que son honestos consigo mismos.
Si no tienes tiempo, no lo intentes. Dios parece no estar apurado. La meditación y reflexión lleva tiempo Hechos 6:1-4-7. Quizá estas meditaciones son para jubilados como yo, que tenemos todo el tiempo para orar y escudriñar las Escrituras, o para teólogos que viven para eso.
4. ¿CÓMO NACEN ESTAS INQUIETUDES?
Hace muchos años que separo tiempo para meditar. En Argentina teníamos la casa de campo de un anciano de la Iglesia. Aquí en California, escogí un arroyito adonde iba dos veces por semana. Los lunes solo y los Sábados con un discípulos o más. Yo iba por la mañana, con la Biblia, un almohadón para sentarme o arrodillarme, una libreta y un lápiz.
Allí pasaba el día en oración, meditación, preguntando al Espíritu Santo sobre cosas que me pasaban, desafíos en la Iglesia y por supuesto pasajes “raros” o difíciles de las Escrituras. Siempre volvía con muchas respuestas. Pero no hay muchos creyentes que separan un día entero todas las semanas para estar a solas con Dios, con quienes yo pueda compartir estas inquietudes. Ahora, que estoy jubilado, tengo más tiempo para pasar a solas con Dios y puedo meditar en casa.
Ahora tengo la computadora a mano, toda clase de versiones de la Biblia, el griego y hebreo, enciclopedias, etc. en el Internet, de manera que me lo paso todos los días meditando y alabando al Señor por lo que voy descubriendo y vertiendo en mi computadora. Pero hacen falta otros hermanos del mismo nivel para juntos revisar todo esto. Tengo muchos amigos, pero muy ocupados como para dedicarse a la contemplación, meditación y reflexión.
Por eso probaré de compartirlo en mi Blog con personas dispuestas a separar tiempo para reflexión. Pero si estás ocupado por tu trabajo, no podrás acompañar todo esto con reflexión y oración. Podrás solo leerlo.
Estos diálogos pueden ser demasiado fuertes para algunos. Al principio uno es reacio a lo desconocido o aparentemente nuevo. Si se siente incómodo al leer esto, es muestra que es comida sólida o por lo menos diferente a lo acostumbrado. Si estas charlas le caen suavecitas como la leche, ¡es porque son leche!
Consideraremos pasajes de la Escritura que no nos detuvimos a considerar, los pasamos de largo porque no concordaban con nuestra tradición, por lo cual no nos atraen. Esto es para creyentes sedientos que anhelan crecer en el conocimiento de Dios y a la vez revisar su fe y ampliar sus horizontes espirituales.
Este diálogo es para saciar la sed de las mentes inquisitivas de los nacidos en la Iglesia, los que hemos oído varias veces las mismas enseñanzas. Estas cosas ya se han discutido en la historia. Casi no hay nada nuevo en el mundo de la teología. La historia de la Iglesia registra tantas “herejías” que nada es nuevo bajo el sol. Pero nosotros no estábamos allí para participar del debate, y además, ahora contamos con más madurez histórica, estamos mucho más abiertos que antes, y la Iglesia se ha hecho también más inclusiva.
Así que todo esto será comida fresca para nosotros. Nos revisaremos, energizaremos nuestra fe y creceremos en nuestro amor a la Divinidad, lo Invisible, lo Espiritual, Celestial, Eterno, Infinito y Misterioso como nos exhorta Pablo: 18 “no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” 2Corintios 4:18. 1“Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.” Colosenses 3:1-3.
Estos escritos son como pensar en voz alta con amigos de firmes convicciones evangélicas. No sería sabio dialogar con “niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina” Efesios 4:14 Mas bien seguiremos “la verdad en amor para crecer en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo” Efesios 4:15.
Este diálogo no es para contestar preguntas, sino para crear preguntas nuevas, porque Dios es Un Gran Misterio y una Gran Pregunta. Acercarse a Dios es acercarse al infinito... porque Él es un ser infinito a quien ninguna mente humana puede abarcar. Pero por la misma razón que es infinito, él no tiene miedo que crezcamos en conocerle. Por eso nos ha dado vida eterna, para que podamos seguir conociéndolo infinitamente.
Generalmente Él contesta nuestras preguntas con otras preguntas más profundas. Porque acercarse a él es como acercarse a alturas sin fin a abismos sin fondo Salmo 42:7. La Biblia no puede revelar todo lo que Dios y Jesús son y hacen, literalmente no alcanzaría el mundo para contener los libros Juan 21:25.
Un libro del tamaño de nuestra Biblia no puede contener en su totalidad al Creador de todo lo visible, invisible, infinito, y eterno. Se llama comida sólida a lo que nos queda por descubrir, porque es entrar en cosas que no hemos visto ni oído antes, por lo menos nosotros: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios a preparado para los que le aman.” 1 Corintios 2:9.
¡Pero no se asusten! Muchas veces en oración, me pareció haber recibido una revelación, algo nuevo, que nunca había oído o pensado y ¡luego lo encontré en las Escrituras! No hace falta salirnos de la Biblia para conocer más a Dios.
En las Sagradas Escrituras hay muchísimo de Dios que todavía no entendemos. Para comprender más y mejor lo que ya está escrito, tendremos mucho que navegar. Pero eso sí, debemos mirar las Escrituras con más libertad. ¿Por qué? Porque hemos sido criados en una tradición, y al leerlas, nuestra mente automáticamente filtra lo que las Escrituras dicen en contra de nuestra tradición.
Por eso es que los que bautizan los niños, no entienden de donde sacamos el bautismo únicamente de adultos y los que bautizamos solo adultos no entendemos de donde sacan los otros el bautismo de niños.
Tenemos que enfrentarnos con esos textos que no concuerdan con nuestra tradición, buscar la explicación, cuestionar algunas cosas que son cuestionables y hacernos las preguntas que debemos hacernos, sin temor. No temamos ir más allá de los principios rudimentarios de la fe, porque ¡Dios nos manda a ir más allá! Hebreos 6:1-2.
Yo amo a la Divinidad, lo angelical, lo espiritual, lo infinito y eterno. Me encanta la meditación, contemplación y la oración. No tengo ningún temor de “inquirir en su templo” Salmo 27:4 para conocer más a Dios, sabiendo que siempre hay más. Cuando uno más sabe, se da cuenta que le queda mucho más por saber 1 Corintios 8:2. Ablandemos nuestras mentes y desafiémoslas.
INVITACIÓN
Estas charlas no están en el nivel de síntesis o de una idea ya definida, sino más bien en el nivel de tesis, son para pensar, analizar, ponerlo a prueba, ver que hay de práctico en ello, enriquecerlo o dejarlo de lado. Son ensayos, experimentos, tentativas.
No son para leerlas a la apurada, sino para rumiar, leer la inmensa cantidad de citas Bíblicas y proporcionar otras.
Sintámonos libres para escribirnos unos a otros con las dudas y objeciones y llegar cada uno a sus propias conclusiones. Su comentario en favor, en contra, pidiendo aclaración o enriqueciendolo, será muy bienvenido. Gracias, Juan Carlos Ortiz