Sin mutuo sometimiento, todos nos desplomamos.
La tecnología moderna permite la rápida construcción de edificios y puentes impresionantes. Pero una mirada a la arquitectura histórica revela que mucho antes de las computadoras, las fábricas o la maquinaria pesada, ya se utilizaban espléndidos diseños de ingeniería. Entre ellos, el arco.
Los antiguos romanos perfeccionaron la construcción del arco, que deriva su fortaleza y su estabilidad del soporte entre las piedras que lo conforman. Cuando pensamos en las construcciones antiguas es comprensible que se utilice la palabra edificación —derivada del término latino que significa “construir”—para describir la manera como los cristianos están llamados a apoyarse entre sí. Lo que significa que también debemos edificarnos unos a otros.
Lea Rut 1.3-5, 15-17; 2.3-16
Cuando el esposo de Rut murió, ella pudo haber regresado a su ciudad natal en Moab para comenzar una nueva vida. De hecho, eso es lo que su suegra Noemí, viuda también, le pidió que hiciera. Pero prefirió honrar a su suegra y tomó la decisión de permanecer con ella para ayudarla a cubrir sus necesidades. Además, eligió servir al Dios de Noemí. Rut y Noemí se apoyaron mutuamente en vez de buscar sus propios intereses, lo que fue de bendición para ambas.
Después de establecerse en Belén, Rut fue a recoger las espigas que eran dejadas para los pobres (Lv 23.22), y conoció a Booz, el dueño del campo. Sucedió que él era pariente de su difunto esposo y, por consiguiente, esposo potencial y proveedor de acuerdo con la ley de levirato hebreo —el candidato perfecto para una viuda sin medios de sostén. Algunas podrían haber buscado ese resultado intencionalmente, pero Rut mantuvo una actitud digna y modesta.
Aunque puede parecer un atrevimiento para el mundo de hoy, su solicitud de “extiende tu capa” (es decir, de protección) era en realidad respetuosa para Booz, y aceptable para los estándares culturales y legales. Además de ganarse la admiración y el afecto de Booz (Rt 3.9-11), la humildad de Rut dio como resultado honra y bendiciones más grande de lo que imaginó. Entre sus descendientes estarían dos de los más grandes reyes de la Tierra (David y Salomón) y, más importante aun, el Rey de reyes: Mateo 1.5-16 menciona a Rut como antepasada de Jesucristo, el Salvador del mundo.
C. S. Lewis afirmó que una persona realmente humilde “no estará pensando en la humildad; no estará pensando en sí misma en absoluto”. Algunos entienden mal esta cualidad como un estado de autodesprecio constante, lo cual no es verdadera humildad. Es por eso que encontramos en Rut un verdadero ejemplo a seguir: Su humildad era sincera, no artificial o patética.
Romanos 12.3 (LBAD) nos dice que: “No se consideren mejores de lo que son” —en otras palabras, tengan en cuenta sus puntos flacos y también sus fortalezas. Cuando logramos esta perspectiva de lo que somos, podemos ver a las demás personas de forma correcta, y también tratarlas como se debe.
El soporte de los arcos
Hay otros ejemplos de humildad en la Biblia, pero uno opaca al resto. Lea Filipenses 2.1-11. Después de recordarnos que seamos humildes y generosos, el apóstol Pablo presenta un modelo que no podemos ignorar: Jesucristo, la encarnación de la pureza, la santidad, el poder, la gloria y la autoridad, se humilló a sí mismo por nosotros. ¿Por qué razón? Por el gran amor que nos tiene. Porque nuestra salvación era más preciosa para Él que su gloria.
Reflexione + explore
• ¿Cómo habría sido la historia de Rut de no haber decidido seguir a Noemí? ¿Y si se hubiera conducido de una manera distinta en el campo de Booz, y en su presencia?
• ¿Cómo ayudó y alentó Noemí a Rut a tomar decisiones sabias?
• ¿Qué influencia pudo haber tenido la actitud de Rut en los demás?
• A la luz del ejemplo de Ruth, ¿cómo afirman los pasajes siguientes la importancia de edificarnos unos a otros?
Romanos 14.19 y 15.2; 1 Corintios 8.1; Gálatas 6.1-10; Efesios 4.25-29; 1 Tesalonicenses 5.11-15; 1 Pedro 5.1-6
RESPONDA
• Vivimos en un mundo que no cesa de decirnos qué es lo que nos conviene. Existe el mensaje persistente de ir tras lo que nos haga sentir bien, nos dé placer, o que finalmente convierta en realidad nuestros sueños, aunque eso signifique desechar algo —ya sea una relación, un empleo, una responsabilidad, o incluso nuestra moralidad.
• Identifique algo en su vida que le haga difícil actuar de manera humilde o de comportarse sin ser egoísta. ¿Qué principios puede sacar de los ejemplos de Rut y el Señor Jesús que pueda aplicar a su vida?
• Pídale al Señor que le revele cómo puede ser usted como una de las piedras de soporte de un arco.
Lea de nuevo
• Para apreciar mejor la idea bíblica de la humildad, lea con detenimiento el libro de Rut este mes (solamente un capítulo por semana). Anote sus observaciones sobre el carácter, la actitud, las palabras y la conducta de Rut.
• Memorice y medite lo que dice Filipenses 2.3, 4.
• Durante el mes que viene, busque personas que sean ejemplos de estos versículos, y observe los resultados de su humildad y de su interés en las necesidades de las demás personas. Ore por ellas, y expréseles, ya sea verbalmente o por escrito, la inspiración que son para usted.
• Piense en cómo retribuirá la bondad, la generosidad o la compasión que vea en los demás. Hable de los resultados con sus amigos, y anímelos a hacer lo mismo.