Tomado de: Diccionario ilustrado de la Biblia. (CARIBE)
El nombre viene del vocablo Heb. Pesakh, que literalmente significa “pasar por alto” o “encima”, y figuradamente y figuradamente “preservar”, “mostrar misericordia”.
Los principales pasaje bíblicos en los que se narran la institución y el mandato de la Pascua. Son Ex. 12:1-28) v. 23:1, 2,4-8, y Dt. 16:1-8.
La Pascua conmemora para los israelitas su propia liberación realizada por la intervención divina, y el día en que Jehová Dios los sacó de la esclavitud en Egipto, por mano de Moisés, para introducirlos a Canaán la tierra de promisión.
Pero la Pascua, no recordaba sólo la liberación en sí, sino también al cordero o víctima del sacrificio, cuya sangre, untada en los postes y en el dintel de la puerta de los hogares israelitas, evitó que el ángel de la muerte matara al primogénito de cada familia del pueblo de Dios.
Así que la Pascua es también el acto redentor más grande de Dios, en cuanto a su antiguo pueblo.
Moisés instituyó la pascua por orden de Dios, la misma noche que el pueblo de Israel salió de Egipto, después de ser esclavos por más de 400 años. Debían celebrarla todos los israelitas, incluyendo los extranjeros circuncindados que vivieran entre ellos, por estatuto perpetuo (Ex. 12:24).
En la primera Pascua. Hubo algunos detalles que no se practicaron después sino sólo simbólicamente, tales como las instrucciones que se dan en Ex. 12:11 y el untamiento de la sangre (Ex 12:7); en tiempos posteriores ésta se rociaba en el tabernáculo o en el templo, como símbolo de expiación.
La pascua se celebraba a la puesta del sol el día 14 del mes de Abib o Nisán (Ex. 13:4; 34:18; Ester 3:7), el cuál corresponde más o menos a abril. Este era el primer mes del calendario sagrado judío y el día 14 coincidía con la noche de la luna llena.
El día 10 de ese mes cada familia debía apartar un cordero o un cabrito, macho de un año, sin defecto alguno. Si la familia era pequeña se podían juntar barias familias para las que un cordero fuera suficiente. El cordero debía ser inmolado y con su sangre untarse los postes y el dintel de las casas. En recuerdo de que un día así se había evitado la muerte del primogénito de la familia.
El cordero debía asarse, y su carne comerse con hierbas amargas y panes sin levadura. El padre de familia era quién presidía la celebración, y Moisés dio órdenes precisas para que al preguntar los hijos qué era la Pascua, el padre les explicara su significado.
Debía recalcarse la intervención amorosa y poderosa de Dios al dar libertad a su pueblo. Lo que sobraba del cordero debía quemarse aquella misma noche, y no se le debían quebrar los huesos. (Ex. 12:46); Nm. 9:12; Dt. 6:20-23).
Si alguien por alguna razón justificada no podía celebrar la Pascua en la feche establecida, tenía permiso para celebrarla el segundo mes; pero si el descuido era voluntario, el infractor era castigado con la muerte (Nm. 9:6-14). A las mujeres se les permitía participar en la celebración pero no estaban en la obligación (1 S.:3, 7; cp. Lc. 2:41).
Aunque la Pascua debía celebrarse todos los años, en el AT sólo tenemos registradas algunas de estas celebraciones: (Ex. 12:28) (Nm. 9:1-5)
(Jos. 5:10-11) (2 Cr. 8:13) (2 Cr. 30:1-22); (2 R. 23:21-23); y otra que se celebró después de la cautividad, en tiempos de Esdras (6:19-22).
En el NT se mencionan varias Pascuas a la que Jesús asistió (Lc. 2:42,43; Jn. 2:13), y especialmente la que para él fue la última, en el aposento alto, la noche de la víspera de su muerte (Mt. 26:17-30; Mr. 14:12-16; Lc. 22:7-23; Jn. 13).
En la actualidad los Judíos todavía celebran la Pascua pero solamente con panes sin levadura, hierbas amargas y otras cosas, sin sacrificio de cordero.
Pablo dice: “Nuestra Pascua que es Cristo ya fue sacrificada por nosotros” (1 Co. 5:7) Según el NT Cristo reúne las condiciones del cordero pascual: él es El cordero de Dios. (Jn. 1:29), inmolado por nuestra libertad espiritual “Desde antes de la fundación del mundo” (1 P. 1:18-20); en él no hubo mancha alguna (Heb. 9:14; 1. P. 1:19) se ofreció voluntariamente (Jn. 10:17-18; Hch. 8:32-35); no le fueron quebrados los huesos (Jn. 19:36).
Los panes sin levadura simbolizan la limpieza moral con que los cristianos debemos acercarnos a la mesa del Señor (Co. 5:8) Después de participar con sus discípulos en la celebración de su última Pascua, Jesús, usando los elementos del pan y del vino, estableció para los cristianos – La Cena del Señor, que es la fiesta correspondiente a la Pascua Judía.
Este Cena conmemora hoy la muerte vicaria de cristo en la cruz, mediante la cual nosotros somos libres y salvos por la fe.