Dios existe por sí mismo. La base de su existencia se encuentra en el mismo. A veces, esta idea se expresa diciendo que El es causa sui (su propia causa); pero esta expresión difícilmente puede ser acertada, puesto que Dios no tiene causa; El existe por la necesidad de sí propio y por tanto, necesariamente.
El hombre, al contrario, no existe necesariamente, y tiene la causa de su existencia fuera de sí mismo, La idea de la propia existencia de Dios se expresaba generalmente por el vocablo aseitas, que significa que tiene su origen en sí mismo, pero los teólogos reformados casi generalmente sustituyeron esta expresión por el vocablo in dependen tia (independencia) , que expresa que Dios no es solamente independiente en su Ser, sino que también lo es en todo posible aspecto: en sus virtudes, decretos, obras, etc.
Podría decirse que existe en la criatura una débil huella de esta perfección; pero sólo en el sentido de que la criatura, aunque es absolutamente dependiente, tiene, sin embargo, su propia existencia diferente. Pero naturalmente, esto dista mucho de lo que es existencia propia. Este atributo de Dios está generalmente reconocido, se da por entendido en todas las religiones paganas, y en el Absoluto de la filosofía.
Cuando se concibe al Absoluto como existente por sí mismo, y como la última razón de todas las cosas, que voluntariamente entra en variadas relaciones con otros seres, puede identificarse como el Dios de la teología. Siendo el Dios que existe por sí mismo, no es independiente sólo en sí mismo, sino que también hace que todas las cosas dependan de Él.
Esta propia existencia de Dios encuentra expresión en el nombre Jehová. Únicamente como existente por sí mismo, y como el Único Independiente, puede Dios darnos la seguridad de que eternamente será el mismo en relación con su pueblo.
Se encuentran indicaciones adicionales de lo anterior, en la afirmación de Juan 5: 26, "Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dio también al Hijo que tuviese vida en sí mismo"; en la declaración de que El es independiente de todas las cosas, y que todas las cosas existen solamente por causa de Él, Salmo 94: 8 y siguientes; Isa. 40: 18 y siguientes; Hechos 7: 25; Y en afirmaciones que implican su independencia de pensamiento, Rom. 11: 33, 34, su independencia de voluntad, Dan 4: 35; Rom. 9: 19; Ef. 1: 5; Apoc. 4: 11; su independencia de poder, Salmo 115: 3; Y su independencia de designio, Salmo 33: 11.