Este es el más alto nivel de descontento desde que la encuesta comenzó en 1995.
Aunque hay muchas razones por las que a la gente le desagrada su empleo, yo creo que una razón significativa es que esta gente no tiene propósito. Muchos ven el empleo como una carga, simplemente lo hacen para vivir.
Si, en vez de eso, tuvieran un sentido de propósito, o se conectaran de todo corazón con la misión de la empresa, su entusiasmo y emoción por el empleo se dispararían hasta el cielo.
Trabajo con muchos empresarios cristianos a quienes les han hecho un lavado de cerebro para hacerles creer que si ellos no renuncian en su empleo, o venden su empresa o negocio, y se dedican “de lleno al ministerio”, no serán valiosos a los ojos de Dios.
¡Esto es una mentira! De las doce tribus de Israel, Dios solo escogió una tribu para ser sacerdotes. Los demás sirvieron en roles ungidos por Dios, algunos fueron agricultores, algunos artesanos, algunos guerreros, y muchos fueron hombres de negocios.
La primera persona mencionada en La Biblia que fue llena del Espíritu de Dios fue Bezaleel. Éxodo 31:1-5 revela: “Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel,… y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para inventar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en artificio de piedras para engastarlas, y en artificio de madera; para trabajar en toda clase de labor.”
Si Dios propuso a Bezaleel el ser artesano, yo creo que cuando la gente veía sus artesanías no necesitaban escuchar un sermón, ellos atestiguaban uno. Si estás a disgusto con tu empleo, descubre el propósito de Dios para ti, y haz tu trabajo con excelencia.