Aunque todos los demonios son mentirosos, al igual que su señor Satanás, puede obligárseles a decir la verdad. Primero, ellos jamás mienten a Jesús. Y segundo, se les puede hacer que confiesen el engaño al que les sometió Satanás y su subsiguiente rebelión contra Dios, como ilustra el incidente que vamos a relatar.
Con el permiso de la víctima endemoniada, realizaba una liberación como sesión didáctica para un grupo de observadores sinceros aunque algo incrédulos.
Pocos días antes, mi esposa Loretta, Bárbara mi hija menor y yo, con la ayuda de unos pocos intercesores, habíamos comenzado dicho proceso de liberación, y sabíamos que aun quedaban más demonios por expulsar de la vida de la víctima.
Intencionadamente entré en un diálogo controlado con uno de aquellos demonios, más allá de lo que es normal y suele ser apropiado. Permití a los espíritus malos utilizar las cuerdas vocales de la víctima y hablar en voz alta. Me enfrentaba a un demonio llamado Miedo.
—¿Cuánto tiempo hace que existes? —le pregunté.
—Siglos.
—Te rebelaste contra Dios, ¿verdad?
—Sí.
—¿Por qué lo hiciste?
—Nos engañaron.
—¿Quién os engañó? ¿Satanás?
—Sí.
—Sin embargo, dices que le amas.
—Tenemos que hacerlo.
—Él es el Príncipe de las tinieblas. ¿Sabes adónde va?
—Fuimos traicionados.
—Entonces traiciónale tú. ¿Quieres hacerlo?
—No.
En el único relato que hace Hechos de un encuentro cuerpo a cuerpo con liberación en el que se registra una declaración de los demonios, ellos dicen la verdad: «Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación» (Hechos 16.17).
Es evidente que a menudo los demonios se ven obligados a decir la verdad en presencia de una autoridad espiritual más alta (Lucas 10.17-19; Efesios 2.6; 3.10).
Con frecuencia proclaman voluntariamente la verdad acerca de Dios, de Jesús y la derrota de Satanás, su señor, por Jesucristo.
También pueden confesar su propio descalabro y nuestra autoridad sobre ellos durante el momento de miedo y dolor que experimentan en las sesiones de liberación.
A pesar de sus desafiantes y arrogantes balandronadas, los demonios atraviesan períodos de tormento progresivo durante las reuniones de liberación que han sido preparadas cuidadosamente y con oración.
Al adquirir experiencia en el desafío y la expulsión de demonios con la autoridad del nombre de Jesús, el creyente aprende a detectar cuándo los espíritus inmundos están mintiendo, cuándo confiesan con temor la verdad y cómo obligarlos a decir la verdad.
Por lo general, no entro en diálogo con los demonios durante el ministerio de liberación. Si el Espíritu Santo me guía a buscar información de un demonio, es sólo con un propósito específico y bajo ciertas condiciones.
De igual manera, como siervo del Señor soy, quien tiene siempre el control. Nunca permito a los demonios que guíen el curso de la acción.
El propósito del ministerio de liberación es siempre ayudar a la víctima a librarse de la posesión demoníaca y guiarla a una vida de obediencia a Dios.
Las condiciones, en cambio, pueden variar según las circunstancias. Algunas veces el tiempo es un factor decisivo y los demonios deben ser expulsados de la vida de su víctima en breve.
Entonces fijo sesiones de consejo con el paciente para más adelante, las cuales a menudo implican más liberación.
En ocasiones me veo forzado a obligar a los demonios a que revelen los «lugares» (Efesios 4.27) que retienen en la vida de la víctima para expulsarlos más fácilmente.
Sin embargo, esto no siempre es necesario, ya que si se llevan a cabo unas sesiones efectivas de consejería antes de la liberación, las mismas víctimas aportan por lo general esos datos.
No obstante, algunas veces los lugares en cuestión pueden hallarse profundamente escondidos en la dañada personalidad de la víctima, pero los demonios los conocen y es posible obligarlos a que los revelen.
Con frecuencia este proceso requiere tiempo. El consejo con vistas a la liberación no es para gente impaciente o preocupada.
En algunos casos graves de posesión demoníaca asociados con prácticas de abuso infantil extremo y a menudo con el Abuso Sexual Ritual (ASR), puede darse un desdoblamiento o una disociación de la personalidad.
También la amnesia está casi siempre presente. Los demonios pueden, por otro lado, asociarse a la personalidad alternativa. Este tipo de liberación y sanidad constituye un género en sí mismo.
Las «reglas» empiezan a formularse ahora, ya que se trata de un campo nuevo tanto para los ministerios de orientación como de liberación. La mayoría de los libros más importantes acerca de los procedimientos de liberación pasan por alto totalmente, o casi en su totalidad, esos Desarreglos Múltiples de la Personalidad.
Los procedimientos normales sugeridos a menudo no funcionan bien con esta clase de heridas de la personalidad.
Nuevamente aquí no elaboramos nuestra teología basándonos en los gritos de miedo de los demonios, pero cuando se enfrentan con la presencia del Señor entronizado en las personas de sus siervos, los espíritus malos confirman el relato bíblico referente a su relación con Satanás, el engaño a que fueron objeto, su caída y las demás dimensiones de la verdad bíblica. Están obligados a decir la verdad.
Tomado del Libro: Manual de Guerra Espiritual
Autor: Ed Murphy
Editorial: Caribe