Sin embargo aún nos queda una pregunta difícil por responder. Mientras que los ángeles caídos y la humanidad fueron engañados por Lucifer (utilizaremos este nombre para Satanás antes de su caída, aunque no es seguro que se llamara así), ¿quién le engañó a él?
Acabamos de retrasar un paso el molesto problema de la teodicea, al llevarlo al nacimiento del mal en el mismo Lucifer.
La respuesta bíblica es clara, aunque no se explica en ninguna parte cómo pudo ocurrir tal cosa. Jesús afirma que Satanás es el padre de las mentiras porque es un mentiroso.
Mintió tanto a los ángeles como a la humanidad porque está listo para mentir. Además, Jesús declara que «era homicida desde el principio» (Juan 8.44; cf. 1 Juan 3.8) ¿Qué significa esto?
Según Leon Morris, «el término traducido por “principio” puede también indicar “origen” en el sentido de causa elemental[…] causa primera». Al aplicar esta verdad a Juan 8.44 obtenemos una percepción importante del asunto. Jesús está afirmando que el homicidio tuvo su origen en Satanás. Él es su primera causa.
El Señor relaciona luego ese origen con la naturaleza del diablo: «mentiroso, y padre de mentira». Y Morris conecta este homicidio con todo el género humano: «Fue a causa de Satanás que Adán se hizo mortal (Romanos 5.12). Así que el diablo se convirtió en el asesino de toda la raza humana[…] un “homicida”».
Podemos llevar esta verdad un paso más atrás, al verdadero origen del asesinato por medio de la mentira. No sucedió en la tierra, sino en el reino angélico probablemente antes de la creación de la humanidad.
Recuerde al demonio Miedo y su triste lamento: «Fuimos engañados (por Satanás). ¡Fuimos traicionados!» Así que el asesinato por medio de la mentira tuvo su origen en el diablo.
Jesús está diciendo que Satanás fue quien engendró el asesinato y el engaño, y evidentemente esto lo hizo al inducir a un ejército de ángeles de Dios a rebelarse contra Él, provocando así la muerte de ellos, es decir, su separación eterna del Señor.
Tomado del Libro: Manual de Guerra Espiritual
Autor: Ed Murphi
Editorial: Caribe