Pasaron muchos años. Adán y Eva tuvieron hijos, los cuales también tuvieron hijos y más hijos. Pronto había gente por todo el mundo.
Pero esas personas se volvieron egoístas y ambiciosas. No les importaba nada Dios. A nadie, excepto Noé. Noé era un buen hombre que amaba a Dios.
Dios ideó un plan para comenzar de nuevo con Noé.
Dios dijo:
—Noé, como tú me amas, te voy a salvar a ti y a tu familia. Pero tendrás que hacer tu parte. Quiero que construyas un arca, un barco inmenso. Reúne animales de toda clase y alimento para todos ellos. Lleva a tu esposa, tus hijos y las esposas de ellos. Luego fíjate en lo que haré.
Voy a enviar agua del cielo y brotará agua de las partes profundas de la tierra hasta que todo el mundo quede cubierto de agua. El diluvio acabará con todo, pero tú estarás seguro dentro del arca.
?
Noé le creyó a Dios y obedeció su palabra. Él construyó un barco inmenso e hizo que los animales entraran en el arca. Reunió toda clase de aves, animales domésticos y salvajes, y también reptiles: osos pandas y culebras, camellos y camaleones, elefantes y flamencos.
Cuando todos los animales estaban en el arca y Noé y su familia se habían acomodado en su nuevo hogar, Dios cerró la puerta.
Luego Dios abrió las ventanas de los cielos y cayó la lluvia a chorros. Los lagos, los ríos y los mares se desbordaron.
Cuando las fuentes de las profundidades empezaron a subir sobre la tierra, el agua se elevó más y más hasta que desaparecieron las montañas. Pasaron días, semanas y meses. Noé y su familia vivieron en el arca durante cuarenta días y cuarenta noches.
Esperaban que Dios les diera la señal de que ya era seguro salir del arca.
Primero dejó de llover. Luego el agua comenzó a bajar. Noé soltó a un cuervo y una paloma que volaron desde el arca para ver si había un lugar donde descansar. Cuando soltó la paloma por tercera vez, esta no regresó. Eso significaba que la paloma había encontrado un lugar seco donde vivir.
Fue un gran día cuando Noé, su familia y todos los animales salieron contentos del arca para vivir de nuevo en la tierra.
El Mensaje de Dios
Has soportado una
gran tormenta.
Te prometo que nunca
más mandaré un diluvio
que cubra la tierra.
Mira al cielo.
Ese arco iris es una
señal de mi promesa.
Es un símbolo de
un nuevo comienzo
entre tú y yo
y todo el mundo.