En el Sermón del Monte Jesús subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñó las bienaventuranzas. Una historia de la Biblia para Leer, Ver y comprender su significado.
Las Bienaventuranzas, presentadas en el Sermón del Monte (Mateo 5:1-12), son uno de los discursos más profundos y transformadores de Jesús. Estas declaraciones revelan el corazón del Reino de Dios, desafiando los valores del mundo y ofreciendo una nueva perspectiva sobre la verdadera felicidad y bendición.
Cada bienaventuranza comienza con la palabra “Bienaventurados”, que significa “felices” o “bendecidos”. Sin embargo, Jesús redefine la felicidad al enfocarse no en posesiones o estatus, sino en actitudes del corazón y relaciones con Dios y los demás.
Por ejemplo, “Bienaventurados los pobres en espíritu” destaca la humildad y la dependencia total de Dios. “Los que lloran” no solo alude al dolor humano, sino también al arrepentimiento profundo por el pecado. “Los mansos” reflejan humildad y autocontrol, cualidades que el mundo suele pasar por alto pero que son altamente valoradas en el Reino de Dios.
Las Bienaventuranzas también llaman a una vida activa de justicia, misericordia y paz. “Los que tienen hambre y sed de justicia” muestran un anhelo por ver el mundo alineado con la voluntad divina. “Los misericordiosos” y “los pacificadores” representan a quienes encarnan el amor y la reconciliación en un mundo quebrantado.
Finalmente, Jesús advierte que vivir según estos principios traerá oposición. “Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia” recuerda que seguir a Cristo puede implicar sacrificios, pero también grandes recompensas celestiales.
En resumen, las Bienaventuranzas ofrecen un camino contracultural hacia la verdadera felicidad, centrado en la humildad, la compasión y la justicia bajo el reinado de Dios.