Aproveche Su Día. Por Joyce Meyer
Me pregunto cuántas personas al final de su vida sienten que vivieron la vida que tenían la intención de vivir.
¿Cuántos se lamentan de las cosas que hicieron o dejaron de hacer durante su vida? Usted solo tiene una vida, y si esta no marcha en la dirección que quiere ir, es hora de hacer algunos cambios.
Cuando vivimos vidas improductivas, no debemos culpar a las circunstancias, otras personas, la forma en que el mundo es hoy en día, o a algo más. Dios creó al ser humano y le dio libre albedrío.
Eso significa que tenemos la habilidad de tomar decisiones en literalmente cada ámbito de la vida, y si no hacemos nuestras propias elecciones guiados por Dios, terminaremos con nada más que lamentos.
Dios tiene una voluntad y un propósito para cada uno de nosotros, y su deseo es que hagamos uso de nuestro libre albedrío para elegir su voluntad de modo que podamos disfrutar de la mejor vida posible. Este libro le ayudará a «aprovechar su día» y comience a hacer que cada momento que tiene cuente para alcanzar su potencial!
Este libro trata de aprender a vivir «a propósito», por lo tanto, le sugeriré una gran cantidad de cosas que usted necesita «hacer» o «no hacer» con el fin de lograr que su meta se convierta en una realidad.
Sin embargo, es muy importante para mí que nadie tenga la impresión de que el amor de Dios por nosotros, o nuestro derecho a permanecer con Él, es el resultado de algo que hagamos.
Eso es una religión orientada a las obras y no es lo que Dios nos ofrece por medio de Jesucristo. Pienso que la mejor forma de dejar esto en claro es usando el libro de Efesios de la Biblia.
Efesios se divide en seis capítulos. Los primeros tres tratan de cuánto Dios nos ama, y nos enseñan que su amor es un regalo gratuito que se nos ofrece de manera incondicional.
Pablo dice que mientras aún estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, Dios nos dio vida en Cristo, ofreciéndonos una vida nueva, y nos resucitó con Él, invitándonos a entrar en su descanso. Él hizo todo eso antes de que nosotros lo conociéramos o incluso nos interesara conocerlo. ¡La gracia—la sublime gracia—permitió todo!
Efesios deja claro que nuestra salvación no se basa en nuestras obras o en algo que podamos hacer. ¡Esta es un regalo gratuito de parte de Dios! ¡La salvación es gratis! ¡La misericordia es gratis! ¡El perdón de nuestros pecados es gratis!
Sin embargo, a pesar de que son gratis para nosotros, para Jesús tuvieron un precio. Jesucristo dio su vida, derramó su sangre, a fin de que pudiéramos disfrutar de una relación con Dios por medio de Él.
Así que permítame ser clara en cuanto a que no nos ganamos la salvación o el amor de Dios; sin embargo, hay recompensas para nosotros aquí en la tierra (y en la eternidad) que se basan en lo que hemos hecho mientras estamos en el cuerpo. Dios no quiere que nos las perdamos, y nosotros tampoco debemos quererlo.
Nuestra relación correcta con Dios debe siempre producir obediencia, y esa obediencia nos conduce a una vida que resulta verdaderamente extraordinaria.
Lo exhorto hoy a vivir la mejor vida que posiblemente pueda para la gloria de Dios como una forma de honrarlo y agradecerle por lo que Él ha hecho por usted.