Durante mi niñez recibí varias enseñanzas acerca de Jesús. Por medio de ellas aprendí que hizo milagros, sanó enfermos, caminó sobre las aguas, multiplicó los panes y los peces, entre otras cosas que seguramente habrás oído.
Aunque de niño tuve la experiencia de saber acerca del Señor Jesús, no fue hasta el 11 de julio de 1982 que lo reconocí como mi Salvador y Señor. Ese día nací de nuevo. Su gracia me alcanzó.
De inmediato comencé a servirle de manera sencilla, contándole el testimonio a todo el que podía de cómo Jesús me había alcanzado, y lo hice siempre pensando en aquellos apóstoles que le sirvieron durante su ministerio. Hoy, hace ya más de veinticinco años que le sirvo con devoción.
Muchos se preguntarán por qué tomé tanto tiempo para escribir mi primer libro. Es que luego de meditarlo comprendí que se necesita tiempo para madurar una relación entre dos personas.
Cuando recibí el poder del Espíritu Santo y empezó a usarme para llevar su Presencia y sus milagros a otras personas, tuve un enorme deseo de escribir acerca de él y su poder. De hecho, el primer capítulo lo redacté diez años antes de publicar este libro, pero luego comprendí que era más sensato esperar un tiempo para ver si sería capaz de mantener una buena relación con el Espíritu Santo y además retener sobre mi vida aquel poder sobrenatural que un día recibí.
En Honor al Espíritu Santo de Cash Luna, contiene enseñanzas que difícilmente encontrarás en otros escritos acerca del tema, además de muchas experiencias que ha vivido en su relación con el Espíritu Santo. La combinación de estas instrucciones y vivencias edificarán tu vida. Te motivarán a buscar más de su presencia, a buscarle más a él que aquello que él te pueda dar
Cash Luna dice: -Allí, justo donde estás en este momento, él desea llenarte. En tu alcoba o quizás en tu oficina, en un restaurante mientras tomas un café, en un avión durante algún viaje o en cualquier otro lugar, si estás pasando una prueba o preparándote para trabajar.
Su Palabra enseña que su Espíritu, que ha hecho morar en nosotros, nos anhela celosamente (Santiago 4:5). El Señor te anhela más de lo que tú podrías anhelarlo en toda tu vida. El Espíritu Santo ansía que le busques, que apartes tiempo para estar con él a solas, sin nadie más alrededor. Además desea mantenerse en comunión contigo, aun en público. Dios desea que estés atento a su voz, escuchando sus indicaciones, dirección y demandas, aun cuando estés conversando con otra persona.
NOCHES DE GLORIA
Nuestra iglesia oficialmente tenía apenas tres meses de nacida y nos reuníamos en un hotel de la ciudad de Guatemala. En ocasiones la gente ni siquiera lograba entrar a los salones porque quedaba fuertemente llena de la presencia de Dios en el lobby, los pasillos, incluso en los sanitarios.
Los administradores del hotel no permitieron que continuáramos congregándonos allí porque el domingo por la mañana había más gente embriagada con el Espíritu Santo que los viernes y sábados en las fiestas donde celebraban con licor.
En diciembre de aquel mismo año fui movido por el Espíritu Santo a realizar las primeras seis noches continuas para ministrar la Palabra y el Poder de Dios a todos aquellos que lo anhelaban. El alquiler del salón en el hotel era demasiado caro para realizar allí las reuniones, por lo que hablé con un amigo que presidía el instituto bíblico Cosecha al Mundo para que me rentara su local y celebrar allí aquellas primeras noches. De inmediato accedió.
Aquellas reuniones ni siquiera tenían nombre y tampoco habían sido publicitadas formalmente. Toda la convocatoria fue de boca en boca, hasta que un joven me trajo la muestra de un pequeño volante que decía NOCHES DE GLORIA.
Sí, de una manera informal, pero inspirada por Dios, comenzaron las reuniones que hoy conocemos con ese nombre, y donde la gente sedienta de su presencia tiene tiempos de refrigerio, beben del vino del Espíritu y reciben grandes milagros, creciendo en el conocimiento del Señor. Las vidas de los asistentes que se acercan con fe son renovadas y nunca más vuelven a ser los mismos.
Debido a la unción del Espíritu Santo y la cantidad de testimonios de gente tocada por Dios, estas noches fueron creciendo hasta convertirse en grandes cruzadas de unción y milagros. Es maravilloso ministrar cuando se está ungido, y en ocasiones, sin decir una sola palabra, su poder empieza a obrar milagros.
EL PODER DE LA UNCION
Ministrar sin unción es imposible. Cuando su Espíritu desciende, la atmósfera total cambia y suceden cosas que no ocurrirían si él no se manifestara. Un varón de Dios dijo: «No puedo definir la unción, pero sé cuándo está y cuándo no». Otro ministro definió la unción como «el poder de Dios manifiesto».
A través de 12 capítulos y un capitulo de cierre, Cash Luna compartirá de su relación con el Espíritu Santo, y de sus experiencia de ministerio. En Honor al Espíritu Santo te inspirará a buscar a Dios con más determinación, experimentarás más hambre y sed de Dios!
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