En Nehemías está la última página de la historia del Antiguo Testamento; en el libro del profeta Malaquías, contemporáneo de Nehemías, la última página de la profecía del Antiguo Testamento. Malaquías, el último de los profetas, testifica, como lo hacen sus predecesores, del hecho triste de que Israel ha fracasado.
Presenta el cuadro de un pueblo exteriormente religioso, pero interiormente indiferente e insincero, un pueblo para quien el servicio de Jehová ha llegado a ser un formalismo vacío, desempeñado por un sacerdocio corrompido al que no respetaban. Bajo el ministerio de Hageo y Zacarías, el pueblo estaba dispuesto a reconocer sus faltas y a enmendarlas; pero ahora se han endurecido tanto que, ante las acusaciones de Jehová, ofrecen insolentes negativas (1:1,2; 2:17; 3:7).
Peor aún, muchos profesan un escepticismo en cuanto a la existencia de un Dios de juicio, y otros preguntan si valdrá la pena servir al Señor (2:17; 3:14,15). Como un rayo de luz que brilla sobre esa oscura escena está la promesa del advenimiento del Mesías, quien vendrá a rescatar al remanente fiel y para juzgar a la nación.
El libro de Malaquías termina con una profecía de la venida de Elías, el precursor del Mesías, y luego cae la cortina sobre la revelación del Antiguo Testamento, para no levantarse hasta cuatrocientos años más tarde, cuando el ángel de Jehová anunció la venida de aquel que iría delante del que había de venir, con el espíritu y poder de Elías (Lc 1-17).
Resumiremos el tema del libro de Malaquías de la manera siguiente: La última profecía del Antiguo Testamento, una revelación de un pueblo rebelde e insincero; de un remanente fiel; y de un Mesías venidero que juzgará y purificará a la nación.
Nótese la repetición de la frase “¿en qué?” (véase 1:2), que expresa la actitud desafiante del pueblo en cuanto a las acusaciones de Jehová.
Autor. Nada se sabe de la historia personal de Malaquías. Se cree que profetizó durante la época de Nehemías y lo respaldó así como Hageo y Zacarías respaldaron a Zorobabel. El libro de Malaquías se adapta, como anillo al dedo, a la situación en que Nehemías obraba.
El profeta denunció los mismos males que existían en el tiempo de Nehemías (cf. Neh 13:10-12 y Mal 3:8-10; Neh 13:29 y Mal 2:4-8; Neh 13:23-27 y Mal 2:10-16). Escribió tanto acerca de Cristo que alguien ha dicho: “La profecía del Antiguo Testamento expiró con el evangelio en su lengua.”
Bosquejo del libro de MALAQUIAS
- I. Advertencia y reprensión: mensajes a los rebeldes (1:1 — 3:15)
- II. Predicciones y promesas: mensajes a los fieles (3:16 — 4:6)