Según él articulo del prestigios “Wall Street Journal”, una de las cualidades que el grupo de electores valorizó en alto grado, fue la individualidad. Esta es una característica personal que muchos consideran importante.
Pero teniendo en cuenta nuestro deseo de causar impacto duradero en el mundo empresarial, se piensa si este es un valor que deberíamos abrazar.
¿Usted ya jugó o asistió una partida de fútbol en que un jugador monopoliza la pelota la mayor parte del juego? No importa cuan bueno él sea, un buen adversario rápidamente percibirá que es posible impedir la eficiencia de ese jugador marcándolo insistentemente, aumentando así las propias chances de victoria.
Equipos deportivos que tratan de hacer participar a todos sus elementos en sus acciones son mucho más difíciles de detener.
De manera semejante, la actual cultura de los negocios enfatiza tanto la “individualidad”, que muchas metas de las corporaciones y de equipos de trabajo no son alcanzadas. El deseo de concentrar las atenciones sobre nosotros mismo, actuando de forma independiente en vez de trabajar en la interdependencia unos con otros, puede causar un gran trastorno en la organización.
Enfatizar mucho nuestra individualidad, buscando la notoriedad, puede fácilmente resultar en la deslealtad hacia los intereses de nuestros compañeros y en la debilitación del bien corporativo. También puede tornarse tentador el uso de cualquier medio para llegar a los objetivos, nuestros proyectos personales, sin importarnos cuan anti-éticos sean.
La experiencia demuestra que el trabajo en equipo es superior al individualismo en la promoción del éxito corporativo. Sea en el campo de fútbol o en el ambiente corporativo, el éxito duradero resulta del esfuerzo del equipo en dirección, primordialmente, a los objetivos del grupo.
La valorización de las habilidades y talentos de cada individuo es decisiva y estos no pueden ser ignorados o menospreciados. Pero, permitir que individuos coloquen sus metas y ambiciones personales por encima el bienestar del equipo puede ser devastador, particularmente a largo plazo. La concentración de las atenciones sobre el éxito individual es estrechez de visión y raramente resulta en éxito corporativo duradero.
El rey Salomón, considerado el hombre más sabio que ya existió, hizo esta observación: “Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! Que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.” (Eclesiastés 4:10-12)
¿Cuánto ha valorizado la interdependencia en su vida profesional trabajando en equipo?. ¿Y en su organización, las personas son estimuladas a buscar sus propios fines a expensas de los demás, con tal de alcanzar los resultados? ¿ O hay una atmósfera de equipo sustentada y promovida, estimulando a las personas a unir sus fuerzas, capacitación y recursos para realizar mucho mas de lo que podrían alcanzar de forma independiente? “El todo es mayor que la suma de las partes”. ¿Usted puede decir esto de su empresa, de su departamento de trabajo o del proyecto en que está trabajando?
Cuando las personas tienen por objetivo simplemente sobresalir, esto puede funcionar en un corto plazo. Pero a largo plazo, cuando los objetivos globales hayan sido solapados por el “show-solo” y por iniciativas egoístas, tales objetivos probablemente fracasarán y no habrá quien los recupere.
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Rick Boxx -- "Momentos de Integridad con Rick Boxx" es un comentario semanal sobre cuestiones acerca de integridad en el mundo de los negocios, a partir de una perspectiva cristiana. Traducción de Alicia Gonzales Lemos.
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