Cuando el pastor de jóvenes desarrolla su equipo, necesita estructurarlo para ganar a largo plazo. Cuanto más tiempo su equipo está unido, tanto mayor es la oportunidad de edificar un ambiente de confianza con los jóvenes y de desarrollar una química saludable en su equipo de liderazgo. El signo distintivo de un gran líder de jóvenes es que edifique un ministerio que pueda sostenerse aun en su ausencia.
Un pastor de jóvenes no siempre estará en su posición actual. Tiene que desarrollar un sólido equipo de ministerio, para que cuando se mude haya un equipo preparado que sostenga el ministerio durante la transición y más adelante. Los siguientes principios ayudarán a pastores de jóvenes a edificar equipos que perduren.
La longevidad personal
Los pastores de jóvenes deben comprometerse a planes de largo plazo para el ministerio juvenil. No deben dejar rápidamente su cargo, sino quedarse buen tiempo donde están y ser fieles. Cuando una situación se pone difícil (y las habrá), quédese en su lugar, y madure a través de ella. No corra. Un pastor de jóvenes comete un grave error cuando deja su cargo prematuramente.
¿Llama Dios a un líder a cierto cargo y luego revoca el llamado seis meses más tarde cuando la situación se complica? ¡Siga adelante! Un pastor de jóvenes no desarrollará su potencial hasta que haya estado en su cargo por lo menos varios años. Es natural que haya épocas más difíciles que otras. Cuando el pastor de jóvenes se queda año tras año, aumenta su influencia.
Ponga a cada persona en el debido lugar
Si el pastor de jóvenes quiere que un líder potencial permanezca mucho tiempo en el equipo, debe ponerlo donde mejor encaje. Un cargo de ministerio que no satisfaga al líder minimiza su efectividad, lo frustra, y aumenta la probabilidad de que se agote o que se rinda.
Por supuesto, de vez en cuando cada líder tendrá que hacer algo de lo que no disfruta. Cuando se trata de responsabilidades a largo plazo, asigne a los líderes cargos en que crezcan. La pasión de sus líderes puede cambiar de cuando en cuando.
En esos tiempos, sea flexible y ayúdelos a cambiar a otra área del ministerio si fuere necesario, o hable con ellos sobre la importancia de la perseverancia.
Edifique la confianza
El pastor de jóvenes necesita dar a los miembros de su equipo tareas fáciles y victorias tempranas para que desarrollen confianza. Conforme muestren fidelidad y competencia, puede darles más responsabilidades. No dé demasiado a un líder demasiado pronto.
PROVEA RESPONSABILIDAD RECÍPROCA
Los miembros del equipo necesitan tener responsabilidad recíproca. Después que el pastor de jóvenes haya confiado una responsabilidad a un líder y le haya explicado sus expectativas, necesita darle seguimiento. La falta de responsabilidad recíproca debilita la influencia del pastor de jóvenes y crea una cultura de incoherencia improductiva e ineficaz.
Si se hace seguimiento de un líder para asegurar que se siente apoyado, no significa que uno lo esté controlando. Un líder necesita saber que el pastor de jóvenes cuenta con él; que hará seguimiento porque se preocupa por él y por el proyecto. Si un líder no siente que el proyecto o la meta es importante para el pastor de jóvenes, no será importante para él.
Afirme continuamente
Aprecie en público a los líderes y déles crédito donde sea debido darlo. Escriba con frecuencia notas de agradecimiento. No sea genérico ni use clichés, sino dé cumplidos específicos y estímulo sincero. Si un líder está pasando por un tiempo difícil, el pastor de jóvenes necesita apoyarlo en oración. El aprecio es significativo para los líderes y además impacta a los jóvenes.
Conclusión
No he deducido todo. Pero cuando echo una mirada alrededor del salón durante un culto, ya no siento temor. Veo algo muy distinto: a un joven preocupado por dar la bienvenida a un visitante; a un líder de pequeño grupo que visita a un joven que por un tiempo ha dejado de asistir; al líder del equipo audiovisual que enseña a los jóvenes a mezclar el sonido; muchos equipos que impactan a centenares de jóvenes que a su vez impactarán a miles. Me alegra que no esté solo en la carrera.
"Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto" (Eclesiastés 4:9-12). Ésa es la fuerza irresistible del liderazgo en equipo.