Al comenzar la consejería de individuos y grupos de personas en el ambiente de trabajo, enfatizando la relación entre espiritualidad y cuestiones profesionales cotidianas, me sentí apasionado por esa misión de Dios para mí.
Eso permanece verdadero hasta hoy. Mis motivos, entretanto, se desviaron cuando sobrevinieron tiempos difíciles. El miedo de fracasar me llevó a controlar con rigor la organización. El trabajo se tornó mi patrón.
Cuando el dinero no entró como era esperado, comencé a usar mis ahorros de jubilación para hacerle frente a las necesidades de la empresa, en vez de confrontar el problema real que Dios deseaba que yo identificase. Cuando mi esposa Kathy, se opuso, racionalicé diciendo que aquello era la voluntad de Dios y que deberíamos mostrarnos dispuestos a sacrificios.
Fue necesario mucho sufrimiento familiar antes que Dios me pusiera de rodillas y me revelara que yo estaba sirviendo más a “mi organización”, en vez de servirlo a Él. Mi pasión, dada por Dios había ultrapasado los límites razonables y transformándose en idolatría.
Muchas personas en el mercado de trabajo inclusive los pastores, padres y líderes involucrados en búsquedas espirituales, acaban cayendo en esa trampa. Permiten que su pasión por el crecimiento, capitalización, servicio, o una creciente autoestima, exceden los límites razonables. Al final, esos buenos propósitos y objetivos acaban transformándose en autentico ídolo.
Al escribir para la joven iglesia de la ciudad de Colosas, siglos atrás, el apóstol Pablo ofreció un consejo que permanece válido hasta hoy: "Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría." (Colosenses 3:5-6)
Al leer la palabra “pasión” en el medio de esa lista de males, me incomodó. Revisando mas a fondo la etimología de la palabra, descubrí que el término original griego es “pathos” , significando “pasión fuera de los límites razonables o lujuria”. Irónicamente la definición de “pathos” también hace referencia al “sufrimiento”. Mi experiencia me ha mostrado que, al permitir que nuestras pasiones se transformen en ídolos el sufrimiento vendrá enseguida.
¿Usted ha permitido que alguna pasión en su vida cruce la línea tenue que la separa de la idolatría?.
Por ejemplo: ¿La búsqueda por progreso en su carrera es un factor dominante en su vida? ¿Su determinación en alcanzar el éxito de su empresa es tan fuerte, al punto de colocar otras cosas en riesgo, como su salud, familia o su bienestar espiritual? ¿Aunque su matrimonio y su familia sean importantes, usted ha utilizado tanto tiempo y energía para cumplir sus metas y expectativas, que ha sido negligente en otras áreas importantes de su vida?
Si esto ha ocurrido es probable que su pasión por esas cosas se haya transformado en idolatría o que básicamente significa hacer culto, o hacer de dios el objeto de su atención y devoción extrema.
Es un hecho curioso de la vida que nuestros puntos fuertes puedan transformarse en debilidades cuando son usados de manera equivocada. Si usted sospecha haber caído en esa trampa, haga una pausa y pida a Dios que le revele cualquier ídolo que por ventura exista en su vida. Pregúntese : ¿Para donde está dirigida la mayor parte de mis pensamientos y oraciones? ¿Cuándo permito que mis pensamiento vaguen, para donde se dirigen normalmente?
Es muy bueno estar apasionado en todas las áreas de nuestra vida. Pero las pasiones pueden volverse peligrosas. No deje que se desarrollen las que son inadecuadas.