Deudores a Dios | Mensaje Cristiano | Charles Spurgeon
"Así, que, hermanos, deudores somos" - Romanos 8:12
Como criaturas de Dios todos somos deudores. Debemos, pues, obedecerlo con todo nuestro cuerpo, toda nuestra alma y toda nuestra fuerza. Por haber quebrantado sus mandamientos, somos deudores a su justicia y le debemos una suma tan crecida que nos es imposible pagarla. Pero del cristiano se puede decir que no debe nada a la justicia de Dios, pues Cristo suyos. Por esta razón el creyente pagó la deuda de los suyos. Por esta razón el creyente debe amar más.
Soy deudor a la gracia de Dios, pero no a su justicia, pues Él nunca me acusará de una deuda que ha sido pagada. Cristo dijo: «Consumado es », y con esto quiso decir que todo cuanto su pueblo debía, fue cancelado para siempre del libro del recuerdo.
Cristo ha satisfecho enteramente la justicia divina; la cuenta quedó saldada, la cédula fue clavada en la cruz, el recibo fue entregado y nosotros no somos más deudores a la justicia de Dios. Pero por el hecho de que no somos deudores de nuestro Dios en ese sentido, hemos llegado a constituirnos en diez veces más deudores de Él de lo que lo hubiéramos sido de otro modo.
Cristiano, deténte y considera por un momento cuán deudor eres a la soberanía divina, cuánto debes a su desinteresado amor, pues Él dio a su propio Hijo para que muriese por ti.
Considera cuánto debes a su gracia perdonadora que, tras diez mil afrentas, te ama tan infinitamente como siempre. Considera lo que debes a su poder, cómo te levantó de la muerte del pecado, cómo te ha guardado de caer, cómo ha preservado tu vida espiritual y cómo–aunque diez mil enemigos cercaron tu camino–te hizo capaz de andar por él sin titubeos. Considera lo que debes a su inmutabilidad. Tú has cambiado diez mil veces, Él no ha cambiado ni una.
Estás en deuda con los atributos de Dios. Tú mismo te debes a Dios y le debes cuanto tienes; ríndete como un sacrificio vivo, pues éste es tu racional culto.