
La Maldición del Pecado
Porque la creación fue sujetada a vanidad. ROMANOS 8.20
La maldición (Génesis 3.14–19) tiene una serie de características importantes. La serpiente fue condenada a arrastrarse sobre su vientre en el polvo. Toda su descendencia sería de criaturas que se arrastran, símbolo de todo lo que es repugnante, temido y evitado por los seres humanos, «maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo».
Observe la sutil implicación: El ganado y otros animales del campo fueron maldecidos también. De hecho, toda la creación se vio afectada por el pecado de Adán: «sujetada a vanidad» (Romanos 8.20). Las malas hierbas y las espinas en el futuro infestarían la tierra. El dolor, el cansancio y el sudor harían la vida difícil.
Además de los problemas mencionados expresamente en Génesis 3, un número de otros males han hecho difícil la vida humana desde ese punto en adelante. Por ejemplo, los gérmenes y víruses dañinos, las enfermedades, los desastres y la decadencia de todo tipo también son el resultado de la maldición divina. Los insectos y otras criaturas han dejado de tener sus efectos beneficiosos originales y se han convertido en plagas molestas.
La propia naturaleza a menudo se vuelve destructiva, con inundaciones, terremotos, sequías, hambrunas y otros desastres naturales. Es por esto que toda la creación «gime a una, y a una está con dolores de parto» (Romanos 8.22), esperando la consumación de la obra redentora de Dios.
La mujer sería afligida con dolores en el parto. Esos dolores serían un recordatorio perpetuo de que la mujer ayudó a concebir el pecado en la raza humana y lo transmite a sus hijos. El Señor también le dijo que a partir de ahora quedaría sometida bajo la autoridad de su esposo.
Entonces el Señor le dijo a Adán que estaría condenado a una vida de trabajo y sudor, a labrar la tierra maldita, a la que volvería un día cuando muriera.