
“Tomad . . . doce piedras . . . para que esto sea señal entre vosotros . . . cuando vuestros hijos preguntaren . . . mañana . . . ¿Qué significan estas piedras? les responderéis . . . las aguas del Jordán se dividieron; y estas piedras servirán de monumento conmemorativo . . . para siempre.” (Josué 4:3,6,7)
Usted nunca tendrá éxito en cuanto a las cosas de Dios a menos que dé pasos bien definidos. Dios fue muy claro en su trato con Abraham. Lo trajo a un lugar especifico y Abraham señaló el lugar. Jacob señaló el lugar donde se encontró con Dios.
Cuando los hijos de Israel cruzaron al otro lado del Jordán señalaron el lugar en la ribera con doce piedras y también colocaron en el lecho del río doce piedras que más tarde, al cubrirlas el agua, estuvieron en un lugar secreto.
Dios quiere que, como creyentes, demos pasos bien definidos y que señalemos estos pasos. Hay lugares en el corazón que el agua del Jordán cubrirá, lugares secretos que nadie ve o de los cuales nadie sabe el significado; pero Él sí lo sabe. Cuando usted se los ha confiado a Él para que Él haga su voluntad y le ha dicho: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”, Él lo sabe y contesta la oración.
¿Es éste un momento de crisis en la vida suya? Si lo es, resuélvalo ahora mismo. Nunca debemos retroceder en nuestras transacciones con Dios.
“Todavía no se ha visto lo que Dios puede hacer con un hombre que se entrega a Él incondicionalmente. La razón por la cual su obra en nosotros y por nosotros es incompleta es porque somos de Él sólo en parte.”
Si usted se ha entregado a Dios, tiene que dar por hecho que Él toma lo que usted le da. Llega un momento en que usted tiene que dejar de orar, y creer. Algunos creyentes dicen: “Oh, Señor, ven y lléname.” Continúan orando y Él dice: “Cree que yo he venido; considéralo un hecho; si tú lo das por hecho, seguramente vendré.”
Un amigo dijo: “Si Dios me dice que lo dé por hecho, Él se compromete a hacerlo realidad.” Si continuamos creyendo, seguiremos viendo resultados. No se equivoca el hombre que hace lo que el Señor le manda.
Piense en un momento específico en que rindió completamente su vida al Señor. ¡Haga ahí un montón de piedras para señalar el lugar, y luego haga otro montón para señalar el momento en que recibió vida y resurrección! ¡Lleve esto a cabo hoy! Haga un montón de piedras a fin de señalar el momento, y nunca vuelva a pelear esa batalla. No debiéramos morir y resucitar vez tras vez; debiéramos construir nuestro monumento conmemorativo de piedras una vez por todas, ¡y luego comenzar una nueva vida desde ese momento! Rdo. Thomas Cook