
UN PERFUME EXQUISITO
“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.”
2 Corintios 2:14
Toda nuestra gratitud para con Dios, que permite esta hermosa comunicación entre usted y nosotros, a través de un medio inventado por el ser humano con la inteligencia que le ha otorgado el Creador. Seguramente usted tiene cientos de razones por las cuales dar gracias a Él.
Es tan simple hacerlo: “Padre te doy gracias por haberme dado la vida, tener buena salud, trabajo y una familia por la cual luchar” Quizás su oración sea distinta porque sus circunstancias son diferentes, pero siempre hay algún pequeño o gran motivo de gratitud.
San Pablo, perseguido por sus propios compatriotas, encarcelado por el imperio romano, muchas veces torturado, apedreado, a veces en peligros por los caminos y mares de su época, decía con gratitud: Él nos lleva siempre en triunfo, refiriéndose a su Señor, el Resucitado Jesucristo que se le apareció cuando Pablo iba hacia Damasco, decidido a aniquilar a los cristianos.
¡Qué paradoja: el perseguidor se convirtió en perseguido! Así de extraños suelen ser los caminos de este mundo. A pesar de todos sus sufrimientos, había una pasión que ardía en el alma del Apóstol y que le hacía sentir que caminaba hacia la victoria.
El tiempo le dio la razón a Pablo. Finalmente el pequeño venció al gigante imperial. Roma, después de torturar y asesinar a cientos de cristianos, se convertiría al cristianismo en el siglo IV bajo el imperio de Constantino.
Como el delicado aroma de una flor, el perfume de la doctrina cristiana fue impregnando la vida y la cultura de los primeros siglos después de la muerte y resurrección del Maestro. Por medio de los cristianos, llenos de amor y fe, se manifestó en todo el imperio “el olor de su conocimiento.” ¿Está usted perfumando su entorno con el espíritu cristiano?