Jesucristo: Nuestro Sacrificio

Jesucristo: Nuestro sacrificio perfecto y cordero de Dios que quita el pecado del mundo

Jesucristo: Nuestro sacrificio es la manifestación del amor y la misericordia de Dios, entregado para liberarnos de la culpa y la condenación. 

Juan 1:29-36
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él y dijo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. Y yo no le conocía; pero para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua”.

También dio Juan testimonio, diciendo: “Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquel me dijo: ‘Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ese es el que bautiza con el Espíritu Santo’. Y yo le vi, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios”.

El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: “He aquí el Cordero de Dios”.

En la Biblia, se le da diferentes nombres a Jesucristo

Mesías, Señor, Cristo, Rabí, Maestro. Pero el que quizás sea menos familiar para el mundo moderno es “el Cordero de Dios”. La mayoría de nosotros tenemos un entendimiento limitado de la historia y cultura del pueblo judío, por lo que puede que no comprendamos esta designación. Sin embargo, los israelitas de esa época entendían su significado.

Los corderos eran para sacrificio. Dios siempre ha tratado con el pecado por medio de sacrificios. Por ejemplo, cuando Adán y Eva pecaron, un animal fue sacrificado para cubrir su desnudez y vergüenza. Más tarde, en la primera Pascua, cada casa cubrió el umbral de la puerta con sangre sacrificial. Después, se sacrificaba un chivo para la expiación de toda la nación.

Más tarde, en Juan 1:29, vemos el sacrificio supremo: “el Cordero que quita los pecados del mundo”. Así como animales inocentes murieron en lugar de los culpables, Cristo dio su vida por la humanidad pecadora.

Asumió la responsabilidad por todos nuestros pecados y tomó el castigo que merecíamos. Mientras colgaba en la cruz, el juicio y la ira de Dios fueron derramados sobre él en vez de sobre nosotros.

¡Alabemos y demos gracias a Él por este regalo!

Charles Stanley