Mensajes cristianos cortos para reflexionar sobre el amor, la amistad, la fe, la familia y sobre la vida misma. Mensajes bíblicos alentadores e inspiradores para jóvenes, mujeres y hombres que deseen ser edificados y desafiados a través del evangelio de Jesucristo
Por Cesar Castellanos
El Señor nos alienta en Su Palabra para que no miremos ni a derecha ni a izquierda, sino a mantener los ojos puestos en Jesús, quien es el autor y el consumador de la fe.
Por Charles Spurgeon
¡Oh, tú, que andas en tinieblas, no hables así! El mejor de los santos de Dios tiene que beber ajenjo; el más querido de sus hijos tiene que llevar la cruz.
Por Charles Spurgeon
Sin Jesucristo perecemos, pero en él hay absoluta seguridad. Noé estaba tan seguro adentro que jamás querría volver a salir, y los que estamos en Cristo, lo estamos para siempre.
Por Charles Spurgeon
El único consuelo de Job residía en esta breve palabra: «Mi». «Mi Redentor»; y en el hecho de que el Redentor vive. ¡Oh, asirse de un Cristo vivo, cuánto significa! Tenemos que poseer a Cristo antes de poder gozar de Él. Un mensaje de Job 19:25
Por Charles Spurgeon
Aquí hay amor, amor constante, generoso, fiel. El camino por el que deben ir es camino de progreso, de santidad, de triunfo y de gloria, y ninguno osará detenerlos. ¡Observa, alma mía, el cuidado que el Señor manifiesta hacia las «ovejas de su mano»
Por Charles Spurgeon
Consuélate, probado creyente, con el siguiente pensamiento: Dios dice: «Te he escogido en horno de aflicción». Que venga la aflicción; Dios me ha escogido. Una explicación de Isaías 48:10 que nos hace reflexionar sobre la elección de Dios y los tiempos disfíciles.
Por Cesar Castellanos
Cuando todo era caótico, cuando todo estaba desordenado y vacío, Dios dio Su palabra de autoridad: ¡Sea la luz! Y al instante todo se iluminó.
Por Charles Spurgeón
Un mensaje cristiano sobre una de las historias más conmovedoras de la Biblia, el Rey David mandó llamar al palacio a MefiBoset, hijo de Jonatan. La mesa del Rey es un refugio noble para nuestras piernas lisiadas al igual que lo fue para Mefiboset.
Por Charles Spurgeón
Pregúntate qué es lo que ha apartado a Cristo de ti. Él oculta su rostro detrás de tu muro de pecados, un muro construido tanto por pequeños guijarros como por piedras grandes.
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