DISCERNIMIENTO DEL LLAMADO. Devocionales cristianos de Ivan Tapia
Entre las vocaciones eclesiales destaca la del "pastor". Es muy distinto ser pastor a ser evangelista o maestro. Debemos diferenciar estos llamados y no entrar en confusión. Pero ¿cómo discernir el llamado al pastorado, si realmente el Señor quiere eso para nosotros? Hay algunos signos inequívocos que podrán señalarnos en un cristiano el llamado de Dios al pastorado:
- Pasión por las almas
- Deseo intenso de formar comunidad
- Apasionado acercamiento a Dios en la oración
- Hambre por la Palabra de Dios
- Visiones, revelaciones y mensajes del Señor
Los líderes, el tutor y los hermanos que rodean al discípulo cristiano, serán quienes confirmen ese fuerte llamado que nace en el corazón de un hermano o hermana. Se llega a ser pastor cuando una comunidad lo levanta como tal. El reconocimiento del liderazgo pastoral por parte de la comunidad cristiana, más la aprobación de los líderes, será el paso final al pastorado.
¿Siente usted una fuerte carga por la salvación de las almas? ¿Es atraído intensamente a formar comunidad? ¿Vive una permanente relación con Dios a través de la oración, buscando siempre estar a solas con Él? ¿Tiene hambre de la Palabra de Dios? ¿Recibe visiones, revelaciones y mensajes espirituales del Señor?
Probablemente usted o aquella persona en quien observa estas características, está recibiendo un llamamiento Divino al pastorado. Es tan valioso descubrir en uno el llamado pastoral, como discernir en otros y apoyarlos en la toma de decisión por esa vocación espiritual.
Pero la Iglesia no sólo requiere de buenos pastores, también necesita maestros capacitados que sepan trazar la doctrina, evangelistas que anuncien a la sociedad el mensaje de Jesucristo, ancianos gobernantes que con sabiduría y autoridad administren la obra, diáconos y diaconisas con profundo espíritu de servicio y misericordia hacia los necesitados, en fin ovejas respetuosas y en permanente desarrollo, con hambre de Dios y dispuestas a servir al Cuerpo de Cristo.
Este día pregunte al Señor ¿QUÉ QUIERES QUE YO HAGA? y Él iluminará su camino, conforme a los dones que le ha puesto en usted desde el día que lo llamó a Su Reino. ¡El Príncipe de los pastores le bendiga en Su llamado!