He hablado con muchos pastores a través del país acerca de esto y ahora algunos patrones resultan claros.
Creo que lo que voy a decir es preciso, aunque admito que no tengo mucha información estadística para probarlo. Empero, suponga que seleccioné un grupo variado de 100 pastores de iglesias en crecimiento.
Suponga que les hice a cada uno esta pregunta: En su experiencia, ¿qué papel ha jugado la oración en el crecimiento de su iglesia?
Estoy bastante seguro de que casi todos ellos responderían: «Oh, la oración ha jugado una función central en nuestro crecimiento».
También estoy razonablemente seguro de que para 95 de los 100 pastores esa respuesta sería nada más que retórica. Con eso no quiero decir que no crean en la oración o que en manera alguna estaban tratando de ofrecer una respuesta engañosa.
Pero sí quiero decir que si se hiciera un estudio cuidadoso de la vida de oración de sus iglesias, no me sorprendería si se hallara poca o ninguna diferencia entre ellos y la vida de oración de las iglesias que no están creciendo en la misma comunidad.
¿Estaré equivocado? Por supuesto. Hasta espero estarlo. Conociendo el poder de la oración, anticipaba encontrar una estrecha correlación entre cantidad y calidad de oración y grados de crecimiento eclesiástico. No es que la correlación esté completamente ausente.
Investigaciones de C. Kirk Hadaway sugieren que el aumento en la oración ha acompañado el crecimiento en algunas iglesias Bautistas del Sur.1 Por eso es que permití unas hipotéticas 5 iglesias de 100 que podrían verdaderamente mostrar una correlación entre su vida de oración y su crecimiento.
Ofreceré algunas ilustraciones de esto a su debido tiempo. Pero en general, temo decir que mi observación es correcta.
Lo «que debe ser» y lo que «es»
Permítame reforzar mi punto con un poco de ironía. Hasta donde sé, la persona que ha tomado la iniciativa en intentar investigar de manera seria este asunto es Terry Teykl, pastor de la Iglesia Metodista Unida Aldersgate en College Station, Texas. Su libro, Pray and Grow [Ore y crezca] es el único libro que conozco que se ocupa de la relación de la oración con el crecimiento de la iglesia.
Este sólo es el comienzo de la investigación de Teykl y la sección estadística a la cual hice referencia todavía no se ha realizado. De más está decir que Teykl concuerda conmigo en que debemos hallar una correlación y escribe su libro sobre esa premisa.
Pero, ¿y qué de estos pastores hipotéticos? Aparentemente, si no los presionamos preguntándolesde forma directa qué función juega la oración en el crecimiento de sus iglesias, es posible que no lo mencionarán. Esto se afirma en el prefacio al libro de Terry Teykl, escrito por Ezra Earl Jones de la Junta General de Discipulado Metodista Unida, una agencia en contacto directo con pastores metodistas a través de la nación.
Ezra Earl Jones cita algunas investigaciones, que de hecho se han realizado. Ellos seleccionaron iglesias metodistas que están creciendo y le pidieron a los pastores de esas iglesias que evaluaran, en orden, los 10 principales factores que contribuyen a su crecimiento.
Aquí están en orden: servicios de adoración robustos, comunión, el pastor, ministerios planificados de manera precisa, ministerios de alcance mundial y entre la comunidad, educación cristiana, planificación para el crecimiento eclesiástico, instalaciones físicas y localización, ministerios laicos y esfuerzos evangelísticos.
¡Ni siquiera uno de los diez es la oración!
Por supuesto, estos pastores pudieron haber sentido que era inadecuado mencionar la oración, pero la ironía es que el prefacio en un libro que propone que la oración debería ser un factor predominante en el crecimiento produce evidencia de que ese no es el caso. Al menos no es algo que los pastores de iglesias en crecimiento expresarían como importante.