LA UNCIÓN EQUIVALE A RESPALDO DIVINO HACIA EL ESTILO DEL MINISTERIO:
Los beneficios que tuvimos en la iglesia como resultado del ministerio profético vinieron acompañados naturalmente de algunos dolores de cabeza. Las mayores dificultades han tenido que ver con el estilo de ministerio y la metodología.
Él a veces ofende la mente para revelar el corazón. El punto aquí, no obstante, es el estilo poco ortodoxo y la metodología que las personas proféticas pueden llegar a adoptar a causa desu propia debilidad. He sostenido algunas largas y dolorosas discusiones sobre este tema con algunas personas proféticas de nuestra iglesia, desde los más avezados hasta los que están empezando a experimentar el don.
En los casos más problemáticos, la gente - y hasta la misma palabra profética parecía estar ungida por el Espíritu Santo, pero la forma de decirla estaba fuera de lugar.Si la gente no es de carácter responsable, lo que empieza como una metodología inusual se puede tomar en exageración y manipulación.
En muchos casos he tenido que decir: «Debes dejar de hacerlo.»Con frecuencia, las personas proféticas son tentadas a pensar que su estilo y método en particular son esenciales para la unción de la obra a través de sus vidas. Puede que digan: «No; lo tengo que hacer de esta manera o si no la unción de Dios no se manifestará a través mío.»
La metodología o el estilo ministerial no producen ni poder ni unción. Esa es otra conjetura falsa en la que cae mucha gente. Porque usted estaba parado en determinado lugar, haciendo determinada cosa cuando Dios le habló, se movió o sanó, no significa que esa circunstancia tenga algo que ver. Sin embargo, la gente trata de repetir la experiencia para ver otra vez el poder de Dios.
El Señor ha usado con frecuencia a Bob Jones, permitiendo que imponga las manos en las manos de las personas. A veces pone sus dedos sobre los dedos, y mientras tanto Dios le revela cosas específicas por medio del Espíritu Santo, cosas que Él quiere que Bob le diga a la persona.
Bob Jones ha sido extremadamente acertado en su ministerio profético. Pero enseguida el método dedo-a-dedo se convirtió para muchos en la forma del discernimiento del Espíritu Santo. Por supuesto que esto es ridículo.
El discernimiento viene por el Espíritu Santo, no por la metodología.He visto toda clase de gente en todo el cuerpo de Cristo, imitando estilos y métodos porque creen que el método es la llave.
Es la persona del Espíritu Santo la llave para operar el poder de Dios. Debemos tener cuidado, constantemente, de pensar que si la reunión de oración de la mañana se hace como siempre se hizo, y el líder de adoración dirige las mismas canciones ungidas de siempre, entonces, tal vez, Dios volverá a repetir lo del cometa. Eso es superstición espiritual.Algunos ministros proféticos hacen estas extrañas conjeturas en su mente.
El lugar tiene que estar en determinadas condiciones. La música tiene que ser precisamente esa. No debe llorar ningún bebé, que haga que el Espíritu Santo se vaya. Es como el jugador de pelota que, antes de un partido, se pone las mismas medias y sigue la misma rutina supersticiosa.
¿Qué pasa entonces si el bebé llora o el lugar no está en las mismas condiciones? ¿Qué tiene eso que ver con la personalidad del Espíritu Santo y su unción? Probablemente, el Espíritu Santo no sea tan asustadizo y fácil de apagar por la «falta de ambientación», como piensan algunas personas.
Lo que solemos llamar «una reunión ungida», generalmente se refiere a crear y mantener la atmósfera y la disposición correcta. Los evangélicos conservadores siempre operan con esto, algunos buscan las palabras exactas y las canciones que predispongan a la gente para hacer el llamado al altar. Si pueden disminuir la potencia de luz, mejor aún.
Debemos evitar pensar que la metodología libera el poder de Dios, o que el Espíritu no se pueda mover sin los adecuados métodos humanos.La música puede organizarse de tal forma que sea más agradable y placentera. Está bien hacer eso, pero no es necesariamente lo mismo que la bendición del Espíritu Santo o la presencia de Dios.
En algunas iglesias suben el volumen y dejan sonando el saxofón, y dicen: «¡esto está que arde!»Existe la tendencia natural en algunos de nosotros de tratar de sistematizar las experiencias espontáneas. A veces pensamos que si descubrimos el método clave, lo podremos controlar.
Si las personas tienen éxito en su ministerio (o aparentan tenerlo) entonces comienzan a manipular también a la gente. Le he tenido que advertir a algunos para que cambien sus métodos, porque básicamente eran manipuladores y controladores, aunque sin intención.