La Identidad
En un estudio por Just Between Us (Solo Entre Nosotras) (una revista para esposas de pastores) la segunda necesidad de las esposas de los pastores fue descubrir un sentido de valor propio. La tercera necesidad más expresada fue de expectaciones claras y sanas. Ambas de estas necesidades se centran alrededor de la identidad de uno.
Si la identidad de la esposa del pastor es de segundona ("oh, ¿su marido no está en la casa? Bueno, supongo que usted podría orar conmigo."), o si su valor proviene de su asociación con él, su valor propio es afectado. Pero ser la esposa del pastor no significa renunciar a su identidad.
Después que mi esposo y yo nos graduamos del colegio bíblico, nos convertimos en pastores de jóvenes. Yo tenía poca experiencia en el ministerio y estaba dolorosamente conciente de que no llenaba el molde de esposa de pastor, pero me determiné a ser parte del equipo. Ayudé en todo lo que mi esposo necesitaba. Yo decidí que su éxito era nuestro éxito. Pronto fui capaz de decir no a áreas donde no encajaba y sí a áreas en las cuales Dios me había dotado. No solamente encontré plenitud en caminar en los propósitos de Dios, sino también tenía algo que decir.
Conocer su llamado y dones le ayuda a permanecer sincera consigo misma y fiel al llamado de Dios en su vida.
La Familia
El ministerio puede opacar todos los aspectos de nuestras vidas diarias; y si no es controlado, es una prescripción para el resentimiento y una receta para el desastre. Normalmente la primera cosa relegada es la familia. Sacrificar el tiempo y la energía para luego no tener nada para la familia puede contribuir a la división que tal vez pueda dirigir a hijos rebeldes o inclusive el divorcio.
Cuide diligentemente el tiempo que pasa con su familia. Programe una noche regular con su marido (y manténgala) o una noche semanal con la familia. A través de los años, nuestra noche familiar ha evolucionado a juegos en la mesa. Normalmente incluye palomitas de maíz o nachos. Desarrolle rituales tales como el café de la mañana con su esposo o desayuno los sábados en McDonalds con sus hijos. Los rituales cambiarán a medida que su familia crece.
Mi hijo adolescente tiene el hábito de venir a nuestro dormitorio por la noche, después de llegar a casa. Nosotros le esperamos. El se sienta en nuestra cama y pasa tiempo con nosotros. Nos reímos. Hacemos bromas. Hablamos. Algunas veces no es nada más que discutir su examen de álgebra del siguiente día o algo tan importante como cómo sus amigos impactan su vida.
Cuando nuestros cuatro hijos se vayan de la casa, quiero que reconozcan cuán maravilloso privilegio es el ministerio, pero que nunca fue más importante que ellos. Quiero que sepan que fueron valorados y profundamente amados. Cuando se hayan ido, anhelo compartir momentos (quietos), no con un extraño, sino con mi amante, mi confidente, y mi mejor amigo.
Gozo
La carga financiera puede ser abrumadora. Las demandas de la gente sobre su tiempo pueden ser angustiantes. La lucha constante para atender la familia y el ministerio pueden dejarle agotada. Cualquiera sea su situación, no pierda su perspectiva (Habacuc 3:17, 18). Determine enfocarse en los gozos: el joven padre que se salvó el domingo ... las mujeres que fueron liberadas de las drogas ... el matrimonio que fue reconciliado.
Regocíjese en la fidelidad de Dios. No deje que los quejosos le descarrilen. Ante toda la fatiga emocional y las batallas espirituales, recuérdese del privilegio de participar en los momentos sagrados de un alma respondiendo a Dios. Los puntos duros y los momentos sagrados son como el ladrillo y la mezcla para construir el Reino. Más que nada, mantenga sus ojos en Jesús.
Tres sacrificios que debe hacer
1. La culpa. Ya sea externa o auto impuesta, existe mucha culpa asociada con ser la esposa de un pastor. "Oh, ¿usted trabaja afuera de la casa?" "¿Por qué no estuvo en el Baby Shower para Susie?" "No hay nadie más para enseñar Arcoiris." "Mi amor, ¿podemos invitar a la directiva para un asado este viernes?" Existe la tendencia de sentir que si usted no lo hace, no será hecho. Dése permiso de no hacer todo. Diga no cuando sea necesario. Recuerde a su marido que su primera prioridad es su familia.
2. La amargura. Algunos han dicho que el ministerio sería maravilloso a no ser por las personas. Las personas le decepcionarán, le frustrarán, e incluso le herirán deliberadamente. Las palabras duras, las acusaciones falsas, la confianza quebrantada ... todo tiene el potencial de hervir en su alma y envenenarla. Escoja el amor. Escoja perdonar (Efesios 4:31).
3. La comparación. Comparar su iglesia, ministerio, familia, marido, y finanzas con cualquier otra cosa o persona le carcomerá por dentro. De esta enfermedad auto infligida crecerá un espíritu crítico e infectará su alma. No lo permita. Tome a sus pensamientos cautivos. Desarrolle un corazón agradecido. Encuentre lo que significa descubrir la presencia, el poder, y los propósitos de Dios en el lugar al cual le ha llamado.
Gail D. Johnsen es esposa de pastor. Ella vive en Pasco, Washington.
Tres Sacrificios que la Esposa del Pastor jamas debe Hacer
El papel de la esposa de un pastor es un privilegio, pero tiene adherido expectativas ambiguas, un cierto grado de soledad, y sacrificios -- algunos de los cuales ella no debería hacer nunca.