Wade y Ferris Joye son miembros del equipo de la iglesia Elevation y dos de las personas más piadosas que conozco. También son dos de las personas más tranquilas que usted podría conocer.
Por eso, cuando Wade vino un día emocionado a punto de explotar, viéndose tan exhilarante como una niña escolar, supe que solo podía haber una explicación: Ferris estaba embarazada de su primer hijo. O más de uno, como resultó ser. Nos enteramos después que Ferris estaba embarazada de mellizas. Todo el equipo de Elevation estaba emocionado. Los hombres comenzaron a darle consejos de hombres a Wade.
Las mujeres comenzaron a comprarle a Ferris artículos para las niñas. Luego, de la nada, las cosas se tornaron tenebrosas. Se supone que la fecha de nacimiento de un hijo debe ser un día de gran alegría. Para la familia Joye sin embargo, el 18 de julio de 2008, fue un momento de alegría e incertidumbre desgarradora, debido a que sus mellizas nacieron tres meses antes.
Liana nació pesando 500 gr, y Adleigh 1 kg. Cada niña cabía en la palma de la mano de Wade. Desde el comienzo, sus posibilidades de sobrevivir no eran buenas, y aunque sobrevivieran a la infancia, enfrentaban un pronóstico terrible.
Las cosas dieron un giro hacia lo peor tres días después de su nacimiento. Liana tuvo un derrame cerebral grado cuatro, que fue el más grave que los médicos hubieran visto alguna vez. Fue tan malo que ofrecieron desconectarle los aparatos que la mantenían viva.
El médico dijo a los Joyes que no había manera en que ella fuera normal. Pasaría su vida como un vegetal y nunca podría dejar de usar pañales. «Cuando oímos la noticia», recuerda Wade, «mi esposa y yo fuimos rápido hacia nuestra sala en el hospital y nos pusimos a llorar. Parecía como si nuestro mundo estuviera derrumbándose a nuestro alrededor.
Todo parecía tan desesperanzador. Pero nos levantamos de la cama y decidimos que íbamos a luchar por nuestras hijas. Y comenzamos a elevar nuestra oración para que el sol se detuviera. Con valentía le pedimos a Dios que nuestras hijas fueran sanadas y vinieran a casa como bebés sanos».