La Falta de Perdón no tiene Previsión
La falta de perdón es una fórmula segura para destruir la originalidad. Cuando le han ofendido, una mala memoria es su mejor respuesta. No atesore rencor. Mientras se esfuerza por llevarlo, el otro sigue avanzando.Perdone a sus enemigos, no hay nada que les moleste más. No existe venganza más dulce que el perdón. Nunca pague con la misma moneda excepto a quienes le han ayudado.
«El perdón debería ser como un pagaré cancelado, roto en dos e incinerado, para que nunca más pueda usarse en contra de alguien» (Henry Ward Beecher).
Dios nunca actúa con mayor intensidad en su vida, que cuando abandona la revancha y se atreve a perdonar al que le hirió.
«Quien no puede perdonar destruye el puente que tal vez necesite cruzar en el futuro», dijo Larry Bielat. «No corte lo que puede ser desatado » (Joseph Joubert). El odio, la amargura y la venganza son lujos que ninguno de nosotros debe darse.
Dios nunca actúa con mayor intensidad en su vida, que cuando abandona la revancha y se atreve a perdonar al que le hirió. El perdón trae sanidad; la falta de perdón hiere. Mateo 5.25 dice: «Ponte de acuerdo con tu adversario pronto». La mejor sanidad es una sanidad rápida.
Dios nunca actúa con mayor intensidad en su vida, que cuando abandona la revancha y se atreve a perdonar al que le hirió.
Dios nunca actúa con mayor intensidad en su vida, que cuando abandona la revancha y se atreve a perdonar al que le hirió. Sentirse ofendido es una estrategia de Satanás para desviarle de la voluntad de Dios. Cuando pensamos en la ofensa, aumentan las complicaciones; cuando pensamos en Dios, cesa el malestar.
Cuando no perdona, pasa por alto este impacto en su destino. El odio es una forma prolongada de suicidio de los propios sueños. ¡Cuánto más graves son las consecuencias de la falta de perdón que lo que lo causa!
Es verdad que cuando uno perdona termina la contienda. Darle palmadas en el hombro a una persona es la mejor manera de sacarle un peso de encima. Perdone a sus enemigos, ¡no hay mejor respuesta! El perdón le ahorra el daño de la ira, el alto costo del odio y el desgaste de energía. Existen dos distintivos en el cristiano: dar y perdonar.
Si quiere ser miserable, odie a alguien. La falta de perdón hace más daño a la vasija que la contiene que al objeto donde se vierte.
«La vida es una aventura en el perdón», dice el escritor Norman Cousins. «Cada persona debería tener un cementerio especial en donde enterrar los defectos de amigos y seres queridos. Perdonar es dejar libre a un prisionero y luego descubrir que el prisionero era uno mismo» (desconocido).