Una Mujer que Ora a Dios
El apóstol Pablo nos enseña que la oración correcta implica estar alerta en mente y con los ojos abiertos, orando por todos, pero siempre con gratitud. Al sellar nuestras oraciones con gratitud, ya hemos alcanzado la victoria, porque estamos reconociendo que, sin importar cómo o de dónde venga la ayuda o la respuesta, confiamos en que Dios está por encima de todo. Le damos gracias porque Él nos escucha y actúa a favor de aquellos que le aman, lo cual mantiene nuestro corazón en fe y en paz.
Descubramos nuestro propósito y seamos embajadores del Reino de Dios