Una Mujer Radiante
Nosotros que somos del día, por el contrario, estemos siempre en nuestro sano juicio, protegidos por la coraza de la fe y del amor, y por el casco de la esperanza de salvación. 1 Tesalonicenses 5:8
Me arriesgaría a decir que muchas de nosotras probablemente consideremos que nuestro mecanismo de defensa es literalmente una armadura y no algo relacionado con los conceptos de amor y fe. Nuestra armadura sirve para protegernos de las lanzas y flechas que nos arroja la vida y de los pequeños golpes que aunque parecen sin importancia asedian a nuestro espíritu. Con nuestra mejor postura defensiva, damos un paso al frente, listas para enfrentar al mundo.
Mientras más reconozcas su presencia, más fuerte será y más intensamente irradiarás su luz y verdad a todos los que te rodean.
Quizás has estado poniéndote la armadura equivocada. En lugar de seguir adoptando mecanismos de defensa, intenta vestirte con amor. Envuélvete con la armadura de la fe y estarás protegida de pies a cabeza. Es más, esta semana proponte enfrentar tus quehaceres diarios inmersa totalmente en fe y amor, y comprueba si necesitas siquiera esa armadura defensiva. Tu protección invisible es poderosa. Mientras más reconozcas su presencia, más fuerte será y más intensamente irradiarás su luz y verdad a todos los que te rodean.
Si fuiste hecha para brillar, ¿cómo puedes hacerlo si tu armadura está diseñada para mantener al mundo distante? La armadura de amor y fe no es pesada ni incómoda. No te cierres en tí misma tratando de hacerte camino a la fuerza. Enfrenta cada día sabiendo que nada puede quitarte la fe que te hará triunfar.
Así que, ponte una rosa en el casco de la salvación y ten perfecta certeza de que eres amada y protegida. Serás un hermoso ejemplo del resplandor de Dios.
Un pensamiento valioso
Conforme vamos dejando que nuestra propia luz brille, inconscientemente damos a otros el permiso de hacer lo mismo.
Nelson Mandela Amado Padre, reconozco que suelo andar con mi mecanismo de defensa tan dispuesto a pelear, que la luz se desvanece de mi día. Ayúdame a equiparme con la armadura de tu amor, para que sea vista por todo el mundo. Amén.