Una Mujer sin Preocupaciones
“Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?” Mateo 6:25
¿No sería maravilloso levantarse cada mañana sin que nada nos importe, sin ningún tipo de preocupación? Me pregunto si te ayudaría a preocuparte menos el comprender realmente lo mucho que vales para Dios.
El versículo de Mateo que acabas de leer continúa recordándote que Dios tiene cuidado aun de las aves y las flores. Los pájaros no surcan los cielos de las praderas preocupados. Saben que Dios los alimentará. Las flores no se preocupan por ser hermosas.
Pon en práctica vivir en momentos de confianza y gozo.
Saben que nacieron para serlo. Esta cita sigue con la pregunta “¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?” (Mateo 6:27). Por supuesto, nadie.
Si realmente lo piensas, si en verdad crees que de algún modo eres más importante para tu Creador que las aves y las flores, ¿qué deberías hacer con la preocupación? Quizás deberías mirarla directo a la cara y ver qué te está robando.
No solo no agrega ni una hora a tu vida, sino que te roba preciosos momentos. Está quitándote el ahora, que es perfectamente hermoso, y tratando de engañarte con un “que pasaría si …” acerca del futuro. Tú pierdes, y la preocupación gana.
Pon en práctica vivir en momentos de confianza y gozo, teniendo la seguridad de que Dios te ama, te perdona y solo quiere el bien para tu vida.
Después de todo, Dios es bueno. No puede desear otra cosa para ti. Cada vez que veas un pájaro o una flor, recuerda la promesa que te has hecho de vivir el momento, libre de preocupaciones. Recuerda también que Dios ha prometido vestirte, alimentarte y ocuparse de todas tus necesidades.