Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
MATEO 6.9–10
Padre, tú estás por encima de todo, conoces todo y ves todo. No obstante, me escuchas como si fuera tu única creación.
No permitas que te vea como un padre distante, sino como aquel que vino a la tierra y entiende los retos y las tentaciones de mi vida. Permanece cerca de mí hoy y susúrrame recordatorios de que estás a mi lado y me sostienes como tu hijo.
Mis amistades te necesitan hoy, pues están haciendo decisiones difíciles en sus trabajos y con sus familias. ¿Podrías mostrarles que estás incluso más cerca que sus padres terrenales?
Gracias por escucharme y atender mis súplicas.
Es en el nombre de Jesús que elevo esta oración, amén.