La iglesia carga todavía un bagaje religioso de años que es fruto de un concepto erróneo de diferencias y “status”, como por ejemplo la idea de clérigo y laicos. Según la Palabra de Dios, somos un Reino de sacerdotes por la sangre del Cordero.
Sacerdote no es el que está en la plataforma y tiene un título de instituto bíblico. Según Dios, sacerdote es aquel que tiene la marca de la sangre del Cordero y tiene libre acceso al trono para adorar e interceder.
Mi sueño es ver una generación acercándose con confianza al Padre y que se termine el tiempo de los “caudillos evangélicos”. Basta de depender de hombres para acercarse a Dios, no hay intermediarios entre Dios y los hombres, sólo Jesucristo (1 Timoteo 2:5). Es lógico que necesitemos de los ministerios para ser pastoreados, enseñados y discipulados, pero no dependemos de ellos para tener contacto con Dios.
Entender y vivir esto traerá madurez a la iglesia y muchos frutos en público, porque el poder no estará centralizado en unos pocos “súper ungidos”, sino esparcido en medio de la gente.
En los próximos años no necesitaremos una cruzada o campaña especial para ver milagros y prodigios sino que cada creyente que sea ÍNTIMO DE DIOS verá las señales que seguirán a los que creen; por dondequiera que vayan serán el perfume de Cristo cambiando atmósferas y manifestando el Reino de los cielos en la tierra.
Cuando Jesús caminaba por la tierra había muchas clases de personas cerca pero no todos los que estaban cerca eran íntimos.
• Multitud: Siempre que Jesús hablaba en público, era rodeado por una multitud que estaba cerca, pero no estaba interesada en Su persona sino en lo que Jesús podía dar. Estaban por “los panes y los peces”; después que se alimentaban y saciaban su necesidad, la mayoría se iba a sus casas y seguía sus vidas normales.
• Religiosos: Siempre que Jesús enseñaba o hacía un milagro había un fariseo cerca. Estaban cerca para encontrarle un error e intentar acusarle. Hoy existen los fariseos que están en las reuniones pero para analizar. Creen que saben todo pero no hacen nada más que criticar. Están escondidos detrás de máscaras de piedad y sabiduría, pero están siendo descubiertos.
• Seguidores: Jesús tenía muchos seguidores, y algunos se transformaron en discípulos. Eran distinguidos en medio de la multitud ”
“porque tenían el poder y la autoridad delegada de Jesús. Podían predicar, sanar enfermos, echar fuera demonios y aún profetizar. Pero algunos se quedaban contentos sólo con el hecho de ser usados y no iban un poco más allá.
• El íntimo: Dentro de todas esas clases de personas, la Biblia cuenta que había un discípulo amado, uno que era íntimo de Jesús: Juan, el más pequeño de todos.
Mi pregunta es: ¿Jesús hacía acepción de personas? Había una multitud, varios fariseos, muchos seguidores, pero uno solo era íntimo, que podía recostarse en su pecho, escuchar los latidos de su corazón y saber los secretos de las cosas que estaban por suceder.
Jesús no hizo, no hace y nunca va hacer acepción de personas:
“Porque con Dios no hay favoritismo.” (Romanos 2:11)
No era Jesús que prefería a Juan, era Juan que prefería a Jesús. Renunciaba a su vida, a los placeres de su juventud y a todos sus sueños personales para vivir en función del Maestro que le llamó. Juan no se conformó sólo con ser salvo, llamado y usado por Él. Juan quiso ser amigo íntimo.
¡Este acceso está disponible para todos aún hoy!
“Acérquense a Dios y Él se acercará a ustedes...” (Santiago 4:8)
Dios es soberano y Él atrae a quien quiere. No somos nosotros los que aceptamos sino Él que nos acepta (Efesios 1:4). Sólo por el hecho de estar ”
“leyendo algo acerca de Dios tú también ya fuiste atraído y seguramente fuiste llamado para ser íntimo. Pero muchos son llamados y pocos escogidos. El camino entre el llamado y la elección es el proceso de la determinación personal. Pregúntate a ti mismo quién quieres ser cerca de Jesús:
¿Uno más en medio de la multitud? ¿Un religioso, que sabe lo que tiene que hacer pero no hace nada? ¿Un seguidor que tiene Su poder pero no Su amistad? ¿O un íntimo que vive en función de su Amado?
Tu respuesta va a determinar tu relación con Jesús.”
Fragmento de: Marcos Brunet. “Dios no tiene favoritos, tiene íntimos”
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