¿Qué es el enojo?
Es una manera de protestar por aquellas cosas que no son de mi agrado. El problema es que son tantas cosas las que este mundo tiene que no son de nuestro agrado que si tenemos que enojarnos por cada una de ellas, entonces estaríamos viviendo en un estado continuo de enojo. Pero esa no es la voluntad de Dios para nuestras vidas.
Jonás 4
Jonás nos representa
Cada vez que hablemos de Jonás, no piense solo en términos de: ese personaje de la Biblia que se enojó con Dios, él es más que eso, el nos representa, es el estereotipo de cualquier hombre y mujer que bajo circunstancias similares, actúa como Jonás lo hizo.
¿Por qué causas podemos enojarnos?
Diría que por casi todas, pero miremos algunos casos en las escrituras.
El enojo de Faraón. Básicamente el Faraón se enojó porque Dios le cambió el sistema. No se adaptó y el proceso le costó numerosas plagas.
El enojo de Nahamán. 2 Re. 5:11 Nahamán en cambió se enojó porque Dios no obró como él pensaba que lo haría. Cuántos hoy quieren que Dios encaje con sus formas de pensar y hacer, pero Dios está por encima de nuestros pensamientos y propósitos.
El enojo de los fariseos: Cualquier cosa que hiciera o dijera Jesús les molestaba y los enojaba. Si usted está molesto conmigo es probable que todo lo que diga le moleste. Si alguien está enojado con usted va a criticar hasta su mayor virtud. El enojo de los Fariseos esencialmente no era ignorancia sino maldad.
El enojo de Jonás: Jonás se enojó con Dios porque trató con misericordia a los de Nínive.
Jonás 3:10: “Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo”
Esto fue suficiente para que Jonás se entristeciera, le cambió el semblante de golpe.
¿Hasta dónde podemos ir con nuestro enojo? Jonás se Enojó hasta la muerte, qué significa esto. Simple y sencillamente significa que “llevaré este enojo hasta la tumba”.
Y esto es más grave de lo que parece, porque eso significa que, no escucharé, no reflexionaré, seré indiferente al dolor que provocaré.
¿Acaso no puedo enojarme? Claro que puede, hasta Dios lo hace, lo que usted no debe hacer es permitir que el enojo lo domine, lo controle. El enojo lo enviará su vida en la dirección equivocada.
Proverbios 14:17 “El que fácilmente se enoja hará locuras”
Jonás pidió morirse, cuando un momento atrás pidió la vida. El enojo nos puede hacer decir mil cosas de las que después nos vamos a sentir arrepentidos.
El enojo quiere perpetuarse
Muchos incluso tienen el hábito de enojarse, usted no sabe cómo tratarlas, porque se pueden enojar por cualquier cosa que uno diga.
* A veces el enojo se perpetúa porque la gente no sabe exactamente la causa que lo motivó. Si está enojado, diga exactamente que le molesta
¿Hasta cuándo vas a seguir enojado?, ¿Cuánto será suficiente? ¿Cuándo vas a decidir aceptar las decisiones de otros?
No hagas responsable a los demás de tus desdichas, cada cual es responsable por su vida.
¿Cuáles son las consecuencias de enojo?
El enojo nos cambia el semblante, el corazón, las palabras. El enojo casi no puede disimularse, cambia dramáticamente nuestra conducta.
El enojo destruye cualquier cosa, pero sobre todo destruye relaciones. Separa amigos, enfría matrimonios, distancia a los hermanos, corrompe iglesias, etc.
Cuando no nos apartamos del enojo, nos alejamos del propósito de Dios. Es como si todo lo que esperábamos de la vida se detuviera y nunca llegara.
Cuando no tratamos con el enojo, el enojo se transforma en rencor. Si ya es malo estar enojado cuánto más ser rencoroso.
El enojo como un generador de pecados: “Si se enojan, no permitan que eso les haga pecar. El enojo no debe durarles todo el día” Efesios 4:26
¿Cómo salir del enojo y del rencor?
Determina quitar el enojo de tu corazón antes que sea demasiado tarde: Eclesiastés 11:9-10. Tiene palabras de consejo para los adolescentes y para los jóvenes.
“9.Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas juzgará Dios. 10. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.
“Quita de tu corazón” significa que podemos quitarlo, algunos dicen “no puedo con mi carácter, no puedo manejarlo”. La verdad es que usted puede, usted tiene al Espíritu Santo para ayudarle.
Efesios 4:29 “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracias a los oyentes. 30. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
2 Timoteo 1:7 “porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”
Esto significa que Dios nos dio todo lo suficiente para poder hacer y cumplir su voluntad
Obedece a Dios: Sin importar las causas que motiven nuestro enojo no es la voluntad de Dios que pequemos o que perduremos en esa actitud. Podemos ver que Jonás llega a situación solo porque eligió huir antes que obedecer a Dios.
El enojo perdura en las personas que elijen eludir la voluntad de Dios, ¿Qué nos hace cristianos?¿Qué nos hace diferente a las personas que no conocen al Señor? Es nuestra obediencia, vivimos para agradar al Señor en todas las cosas.
Aprende a perdonar: La Biblia nos enseña que con la misma vara que medimos seremos medidos nosotros también. Sea bueno, trate a los demás como los demás le gustaría que lo traten a usted. ¿Le gustaría que su esposa viva enojado con usted? Entonces no viva enojado con ella.
Aprende a tener contentamiento cualquiera sea su situación: Filipenses 4:12-13. “12. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. 13. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
Conclusión:
El enojo es una realidad de nuestra naturaleza humana, nuestro mundo no es perfecto, ni nosotros tampoco.
- Muchas veces las cosas no se harán a nuestra manera.
- Cada persona piensa y actúa de maneras en las que muchas veces no estaremos de acuerdo.
- Sufriremos los errores de otros, y otras veces sufrirán otros nuestros errores. Todo esto forma parte de este mundo y no lo podemos cambiar.
- Barremos diferentes, comemos diferentes, dormimos diferentes, cantamos diferentes, trabajamos diferentes, nos cansamos diferentes.
Sí podemos cambiar la forma en que las cosas nos impactan. Debemos ser más propensos a comprender que a ser intolerantes, debemos ser más propensos a la humildad que al orgullo. Debemos saber valorar los criterios ajenos.
Si está enojado con alguien, trátelo, diga exactamente que le molesta, de no hacerlo a tiempo, la relación cambiará, no será más la misma.
Controle su enojo y aprenda a pedir perdón y el Dios de paz estará con usted
Pastor Sergio Garcia
Nueva Esperanza para las Naciones
Buenos Aires – Argentina
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