CUANDO EL REINO de Dios se establezca en la tierra, el tabernáculo de David será reconstruido, las naciones vendrán a este y se presentarán ante el rey. El justo florecerá y la tierra será llena del conocimiento del Señor.
Dios planea llevar a cabo todo eso a través del Rey Mesías, su Hijo, Jesucristo.
En los tiempos bíblicos, los profetas vieron la venida del reino como un momento de gran alegría y regocijo. Ellos profetizaron que los rescatados por el Señor serían coronados de gozo eterno y que se llenarían de regocijo y alegría (Isaías 35:10; 51:11).
Sión sería la alegría de muchas generaciones (Isaías 60:15). Aquellos que creyeran en el evangelio recibirían óleo de alegría (Isaías 61:1-3) y gozo eterno (v. 7).
El Señor causaría regocijo para llenar a Jerusalén y a su pueblo de alegría (Isaías 65:19). Esto indica un nuevo pacto para Jerusalén y la Iglesia (Hebreos 12:22). Las naciones se alegrarán y cantarán de alegría debido al gobierno del Mesías (Salmos 67:4).
El monte de Sión (la Iglesia) se regocijará (Salmos 48:11). Israel nunca ha experimentado paz terrenal por un prolongado lapso de tiempo. La paz que desea sólo vendrá a través del Mesías y será espiritual.
La paz que Israel necesita estaba oculta a sus ojos, por lo que se profetizó que iban a experimentar una invasión romana (Lucas 19:41-44). Estaban buscando una paz terrenal y perdieron la paz espiritual que viene por medio de Cristo. Paz es la palabra hebrea shalom, que significa "prosperidad, salud e integridad".
Jesús es el Príncipe de paz (Isaías 9:6). Lo dilatado de su imperio y su paz no tendrá fin (v. 7). El evangelio es llamado el evangelio de la paz (Romanos 10:15). El cumplimiento del Reino de Dios comenzó en las naciones debido a la predicación del evangelio.
Actualmente la predicación del evangelio está en marcha y, como creyentes, podemos ayudar en el plan del Reino de Dios a través de nuestras oraciones. Los que predican el evangelio anuncian la paz, que es parte del plan de Dios para su reino (Isaías 52:7; Nahum 1:15).
El nuevo pacto es de paz (Isaías 54:10; Ezequiel 34: 25; 37:26), por lo que las oraciones de los creyentes cumplen el plan divino y extienden la paz de Dios.
Los profetas hablaron de la venida del reino en términos de paz. El rey traería la paz al pueblo (Salmos 72:3), y los justos tienen abundancia de paz (v. 7). El Señor ordena la paz para su pueblo (Isaías 26:12). El efecto de la justicia sería paz (Isaías 32:17).
El reino de la paz vendría a través del sufrimiento del Mesías. El castigo de nuestra paz fue sobre Él (Isaías 53:5). Esto nos permite ir a otros con la paz (Isaías 55:12). Dios extenderá su paz como un río (Isaías 66:12). Él hablaba de paz a los paganos (Zacarías 9:10).
Es el plan de Dios que la justicia impere en su reino. El Antiguo Testamento está lleno de referencias a la justicia del reino. En el Nuevo Testamento, nos enteramos de que somos hechos justicia de Dios en Cristo (2 Corintios 5:21). Él es nuestra justicia (1 Corintios 1:30).
Israel no puede alcanzar la justicia a través de la ley. La justicia viene por la fe y el nuevo pacto. Hoy, como creyentes en Cristo y su justicia, estamos viviendo en el reino.
El cristiano -el nuevo hombre- es creado en justicia y verdadera santidad (Efesios 4:24). Sin embargo, todavía no hemos experimentado un mundo lleno de paz y justicia. Nuestro mundo está lleno de maldad e impiedad, y como pueblo de Dios es muy importante que acrecentemos nuestras oraciones para que el plan de Dios sea plenamente experimentado
en la tierra.