Hebreos 11:1 dice: "Ahora fe es la certeza (la confirmación, el titulo de propiedad) de las cosas que [nosotros] esperamos, es laprueba de cosas que [nosotros] no vemos (está hablando de fuerzas invisibles) y la convicción de su realidad — la fe percibe como un hecho real lo que no ha sido revelado a los sentidos" (Amplified Bible).
¡La fe creada por la Palabra de Dios percibe como un hecho real aquello que no es revelado a nuestros sentidos naturales! Hay cinco sentidos en el cuerpo humano. Estos son, la vista, el gusto, el olfato, el oído y el tacto. Tocamos, olemos, vemos, oímos y gustamos.
Todos éstos están en el mundo natural. Usamos estos sentidos para ponernos en contacto con el mundo natural. Dios te dio estos cinco sentidos para usarlos en el mundo físico. Pero hay otro sentido más, el sentido del hombre espiritual en tu interior, y este sentido se llama la fe.
Este sentido de la fe es usado para tocar lo que no se ve, el mundo invisible. Los sentidos naturales no pueden tocar esa dimensión espiritual, no tienen contacto con ella. Pero la fe, creada por la Palabra de Dios, te capacita para alcanzar la dimensión de lo invisible y activar el poder creativo de Dios.
La Biblia es como un gran bosque. Creciendo en ese bosque están los Sequoias gigantes (árboles
inmensos de California de madera rojiza) de las eternas verdades de Dios. Necesitamos caminar diariamente entre este gran bosque y ver a los gigantes, a los Sequoias inconmovibles de las verdades eternas de Dios y refrescarnos ante su presencia.
Entonces podemos regresar a este mundo material con el conocimiento por revelación de que los principios bíblicos son verdades eternas.
Te daré una ilustración sobre nuestros cinco sentidos. Voy a usar a mi esposa Dodie en esta ilustración. Ella usa un perfume especial. Yo puedo pasar cerca de Dodie y uno de mis sentidos, el olfato, me va a advertir y a decir si ella tiene ese perfume. Yo percibo el olor de ese perfume.
Uno de mis sentidos registra el hecho: aquí hay perfume. Sin embargo, en el reino natural mis otros
sentidos no tienen ninguna prueba de que el perfume está realmente allí.
Mis ojos podrían decir: "¿Perfume? Yo no lo veo. Nunca podrás convencerme de que algo que no puedo ver sea real". Mis oídos podrían decir: "Yo no oigo ese perfume.
Nunca me convencerás de que algo que no puedo oír sea real". "¿Perfume?" Mis manos podrían decir: "Yo no siento ningún perfume. No podrás convencerme nunca de que algo es real si no puedo sentirlo". Mi lengua podría decir: "Yo no puedo gustar ningún perfume. Aquí no hay perfume".
Podría comenzar a pensar: "Aquí no hay ningún perfume: no lo palpo, no lo siento, no lo oigo, no lo veo, no lo puedo gustar". Pero mi nariz podría decir: "Ustedes otros sentidos, ¡cállense! Como nariz ya he experimentado el perfume. He confirmado con mi sentido del olfato su realidad. No importa que ustedes no puedan oír, o ver, o gustar, o tocar. Mi habilidad para oler dice que es real. ¡Es real! Yo he usado mi sentido del olfato para confirmarlo. Les anuncio que es real".
De esta misma forma, yo entro por mi sentido de la fe dentro de la Palabra de Dios — entro al gran bosque de Dios y medito en lo que El dice que es mío en ese reino invisible. Veo las grandes verdades de Dios Todopoderoso y, con ese sexto sentido que está en mi hombre espiritual, creo y estoy consciente de que son mías.
Veo y sé que la salvación es mía. Lo creo. La sanidad es mía. La prosperidad es mía. Todas las bendiciones de Dios son mías. En base a la información del sexto sentido, la fe, puedo confiadamente decir: "¡Soy sano! ¡Soy bienaventurado! ¡Estoy redimido! ¡Soy próspero!"
Ahora, cuando comienzas a actuar como si la Palabra es verdad, tus cinco sentidos naturales dirán: "Yo no puedo tocarlo, no puedo oírlo, no puedo verlo, no puedo sentirlo, no puedo gustarlo, así que no estoy sano. No puedo ser próspero. He visto mi chequera y mis ojos no han visto nada. He tocado mi cuerpo y las protuberancias están todavía allí."
Mi sentido del tacto y mis sentimientos me dicen que no estoy sano. Mis ojos me dicen que no soy próspero. Mis oídos me dicen que no lo tengo. Pero, ¿sabes? Hay un principio espiritual trabajando. Es exactamente como cuando puedo oler el perfume de Dodie.
Mi sentido de la FE les dice a estos cinco sentidos naturales: "¡Ustedes cinco sentidos, cállense! Yo he estado viendo las verdades eternas de Dios y he recibido conocimiento por revelación de lo que está más allá de ustedes. ¡Puedo asegurarles que aunque no tengan otra prueba, esto es una realidad! ¡Dios no miente!"
Cuando tu nariz te asegura la presencia del perfume, todos tus otros sentidos no tienen forma de probar que el perfume está en el aire. ¿Por qué vas a permitir que tus sentidos naturales tengan más integridad que Dios Todopoderoso?
Quiero decirte que el sentido del olfato en tu nariz no tiene más integridad que Dios. Tu nariz puede estar equivocada. Puede estar defectuosa. Pero Dios no es defectuoso.
Aventuremos y entremos al gran bosque de las verdades eternas de Dios y hallemos sus abundantes bendiciones para nosotros. Descubriremos que Dios nos ha dado ciertos beneficios. Nuestra fe detecta y confirma que son nuestros. Nuestra fe meditará sobre esas verdades.
Meditar en la Palabra de Dios es la mejor forma de poner a trabajar tu fe. Dios (Romanos 10:17).
Vive en la Palabra de Dios. Camina cada día bajo la sombra de los gigantescos árboles de las verdades eternas de El. Solázate al calor de la luz del sol del mundo espiritual de Dios y conoce que en esa dimensión invisible, esto es tuyo. Tu fe te dice que es tuyo.
La fe hace que la Palabra de Dios escrita venga a ser como la voz audible de Dios hablando personalmente a ti. Medita en ella hasta que puedas decir: "Soy salvo, soy sano, soy próspero, soy victorioso, soy fuerte". No importa lo que los cinco sentidos digan en este reino natural, tu fe lo percibirá como un hecho real.
La Biblia dice que Dios creó cosas materiales de cosas que son invisibles. Todas nuestras bendiciones vienen de un mundo invisible. Tu redención es espiritual. El perdón se encontraba en lo invisible. ¿Cómo descubrí ese gran hecho invisible del perdón? Lo encontré en la Palabra de Dios. Era invisible y se hizo visible cuando yo lo acepté. La sanidad y prosperidad habitan en la dimensión espiritual, el mundo invisible. Cuando lo vemos allí en la Palabra de Dios y nuestro sexto sentido de la fe se apropia de el, entonces la fe lo trae al mundo natural.
Tus sentidos frecuentemente tratarán de contradecir la Palabra de Dios, tal como mis otros cuatro sentidos me decían que no había ningún perfume presente. Pero recuerda que mi nariz con su pequeño sentido del olfato, les convenció a todos ellos que allí había perfume. Cuando regresamos del gran bosque de las eternas verdades de Dios, entonces la fe grita: "¡Lo tengo! ¡Lo tengo!" Y los cinco sentidos pueden decir: "¡No lo tienes! ¡No lo tienes! ¡Sabes que no lo tienes! ¡Mira el historial médico, mira los exámenes de laboratorio! ¡Tómate unas radiografías! ¡No hay ningún cambio!"
Este es el campo de batalla. Pero recuerda que la batalla se gana cuando escuchas a tu hombre espiritual regocijándose en lo que él sabe que es la verdad. Lo sabe a través del conocimiento por revelación que obtuvo de la Palabra de Dios por el sexto sentido de la FE.