En los primeros años de la era cristiana la Iglesia se volvió misionera y proclamaba la Buena Nueva de salvación en todo el mundo conocido. Mas, hoy día, es la iglesia misma la que debe ser misionada y evangelizada desde el interior.
La iglesia no es principalmente la barca que pesca hombres en el lago del mundo, sino el lago mismo donde Jesús lanza sus redes para pescar a los que no han tenido una experiencia de salvación.
Lo que más necesita hoy día la iglesia es una verdadera evangelización que comience precisamente por la presentación de la “persona viva de Jesús” y que lleve a los evangelizados a tener una experiencia real de la salvación en Jesús.
---Con el afán de alcanzar gente, (con buenas intenciones a veces y otras, puro interés como fuente de ganancias) lo que se pierde de vista es:
”Si nuestra esperanza es que Cristo nos ayude solamente en esta vida, no hay nadie más digno de lástima que nosotros” (1 Corintios 15: 19. Biblia para todos).---.
Mientras no se comience a evangelizar de esta manera, todo lo demás será construir sobre arena.
La evangelización tiene un proceso propio que no se debe invertir, so pena de perder la fuerza intrínseca de la Palabra de Dios: “primero se presenta a Jesús, centro y base de la Buena Nueva.
Después, sólo después y siempre después, se exponen las verdades, leyes y exigencias de ese Jesús.
Es ilógico comenzar exigiendo el cumplimiento de la moral cristiana o los beneficios y añadidura de los cristianos, a quienes no tienen a Cristo como su salvador y Señor.
Es absurdo iniciar la exposición cristiana por las consecuencias y no por la base insustituible: “La persona de Jesús”
¿Cuántos cristianos están realmente emocionados y fervientes por la vida eterna?
¿O por la liberación del castigo merecido por el pecado en el día del juicio?
¿Y por la resurrección de Cristo, que nos dice que los muertos pueden volver a vivir (…”y que si Cristo no volvió a vivir, esta buena noticia que anunciamos no sirve para nada…”?)(1 cor. 15:12-14 BPT).
¿Y del cuerpo humano glorificado, con las nuevas propiedades que nos permitirán el acceso irreversible a la “casa de Dios” por la eternidad? Etc. Etc. etc.
La primera parte de la evangelización consiste en la presentación de Jesús con sus tres grandes títulos: Salvador, Señor y Cristo (Mesías).
También se le denomina “Proclamación” en cuanto que anuncia la muestre, resurrección y glorificación de Jesús. Todo esto es el cimiento de la construcción.
Por eso no hay ninguna otra verdad que suple ni antecede a El Señor Jesucristo, Hijo de Dios crucificado y resucitado para nuestra salvación.
Después, y sólo después, vendrá todo lo demás. La verdadera evangelización comienza con el Don (Kerygma) de Dios. El cual es Vida Nueva, experiencia de fe, Buena Noticia y poder del Espíritu:
Vida nueva que crece
El cristianismo no es básicamente un sistema de verdades o un cúmulo de leyes para ser cumplida. Es vida.
La primera descripción que se hace del cristianismo en el libro de los Hechos de los Apóstoles es precisamente de esa manera: “…digan al pueblo todo lo referente a esa vida” Hech. 5:20.
Quién ha encontrado a Jesús y experimentado las primicias de la liberación no sólo es diferente. Es totalmente nuevo, criatura nueva, como decía San Pablo.
Si muchos cristianos no reflejan el gozo y la alegría profunda del hombre que encontró un gran tesoro, habría que cuestionar primeramente si ya encontraron el tesoro.
Experiencia de fe
La vida cristiana es una interminable serie de experiencia de Dios por la fe. Básicamente la vida eterna consiste en conocer a Dios a Través de su Enviado, Jesucristo.
Por eso, no puede existir cristiano maduro en el que no se haya manifestado de muchas formas la gloria de Dios y vaya caminando de fe en fe, experimentando de muchas maneras que Jesús es salvador, el Señor Mesías Cristo.
Buena noticia que se vive
A veces se olvida que el Evangelio es una noticia, y noticia buena. Es decir el anuncio alegre y jubiloso de algo que ya sucedió: La salvación integral del hombre y de todos los hombres, realizada por la Muerte, resurrección y glorificación de Cristo Jesús. La proclamación está basada en un feliz anuncio:
¡Jesús ya nos salvó!
Ciertamente la plenitud de vida será asta que veamos a Dios cara a cara; pero esto comienza desde esta vida, porque nosotros ya fuimos reconciliados; Y por la sangre de Cristo ya se derribó el muro que nos separaba de Dios. Jesús ya quitó el pecado del mundo. El Reino de Dios esta en medio de nosotros.
Poder del espíritu que se experimenta
Sólo el Espíritu Santo nos hace pertenecer a Cristo, El es el principio de la Vida Nueva que Cristo vino a traer a este mundo.
El Espíritu da testimonio de Cristo en nuestro corazón y nos capacita para proclamarlo como Señor de toda nuestra vida.
Este mismo Espíritu es el alma de la comunidad de creyentes que enriquece a todos sus miembros con variedad de frutos y carismas para proclamar el Evangelio con poder.
Muchas comunidades que se dicen cristianas parecen más un cementerio que una manifestación de vida en abundancia que Cristo vino a traer a este mundo.
¿Cómo podrán volver a tener vida esos huesos secos?
“Así dice el Señor Yahvéh: He aquí que voy a abrir vuestras tumbas; os haré salir de vuestras tumbas, pueblo mío, y os llevaré de nuevo al suelo de Israel.
Sabréis que Yo Soy Yahvéh cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo mío. Infundiré mi Espíritu en vosotros y viviréis”. (Ez. 37: 12-14)
Hoy día, más que nunca, la iglesia está precisando ese nuevo Pentecostés que manifieste con claridad y poder la vida abundante que Cristo vino a traer a este mundo.
En este artículo no me propongo dar una visión completa de la evangelización. Simplemente del primer paso que es el punto de partida insustituible para todo lo demás que le sigue, y sin el cual podríamos trabajar en vano en la Viña del Señor.
En este artículo quise tratar específicamente el primer anuncio de la evangelización: El Kerygma, ya que me parece que no se le está dando en la práctica su capital importancia, en la iglesia.