¿Qué significa Avivamiento?. Un Sermón de Horatius Bonar (1808-1889)
Qué es un avivamiento? Propiamente dicho, es la restauración de la vida que se ha perdido y, en este sentido, se aplica sólo a la Iglesia de Dios (1). Pero, usado en una acepción más común, es el retorno de las multitudes a Dios.
Así como la conversión es el retorno del alma a Dios, el avivamiento es una repetición de este mismo proceso espiritual en miles de casos. Avivamiento es conversión a gran escala. Es lo que ocurrió bajo los apóstoles en Pentecostés, donde tres mil almas se convirtieron por la exposición de un solo sermón.
Es lo que sucedió en Corinto, Tesalónica y Éfeso cuando, por la predicación de los apóstoles, las multitudes creían y se convertían al Señor. ¡Esto es lo que significa avivamiento! En la medida en que corresponda con estas escenas bíblicas, mientras sea fidedigno, lo defendemos.
Cuando difiere de los precedentes bíblicos o no sea congruente con la verdad bíblica, no lo defendemos. Dejemos que los opositores de los avivamientos argumenten contra nosotros.
Nosotros estamos dispuestos a aplicar esta prueba, ¿tienen ellos esta disposición? Nuestra postura es equitativa y satisfactoria. Si realmente están buscando la verdad, no debieran temer.
Podemos suponer que existen objeciones sinceras a los avivamientos. Si producen inmoralidad, siembran sedición, promueven lascivia o son hervideros de hipocresía, entonces merecen condenación.
Pero, ¿son así? ¿Han dado frutos de maldad? ¿Han hecho que los hombres sean malos ciudadanos, malos patrones, malos progenitores o malos hijos? ¿Han convertido en borrachos a hombres sobrios, a hombres castos en lascivos, a los hombres pacíficos en desenfrenados, a justos en blasfemos, a los probos en sediciosos? ¿Están abarrotando o vaciando nuestras cárceles? ¿Están llenando o evacuando nuestros bares? ¿Están aplacando o incitando las divisiones? ¿Están incrementando o disminuyendo la cantidad de crímenes y criminales?
Respondemos a estas preguntas con algunas afirmaciones. Las divisiones han desaparecido donde ha habido avivamiento, los enemigos se han abrazado, tanto que hasta un juez papista da testimonio de una mejora maravillosa en este sentido en su propia comunidad.
Las fiestas con borracheras en las bodas y funerales, no sólo han cesado, sino que se han trasformado en reuniones de alabanza y oración; y ya no se oye de escenas brutales de peleas y derramamiento de sangre en dichas ocasiones.
Miles de borrachos son ahora sobrios, miles de blasfemos han dejado de serlo, todo el aspecto moral de familias, pueblos y ciudades ha cambiado para bien.
Cientos de romanistas han dejado atrás su superstición; cientos de unitarios (2) han reconocido que el Señor Jesús es Dios; pobres mujeres inmorales se han apartado de sus malos caminos, los bares se han cerrado y ahora hemos penetrado con el evangelio entre aquellos a quienes estamos acostumbrados a llamar las “masas”, en una medida nunca vista.
Pareciera entonces que los resultados de los avivamientos irlandeses han sido buenos y no malos; buenos religiosa, moral y socialmente. Sus tendencias van todas en la dirección correcta. Por lo tanto, reconociendo todo lo que se ha dicho contra ellos y teniendo en cuenta lo que llaman exageraciones y que en algunos casos ha existido una mezcla de hipocresía y decepción, aún queda un gran balance a su favor.
Han disminuido los crímenes, han transformado la ebriedad en sobriedad, la deshonestidad en honestidad, los vecindarios pendencieros en remansos de paz, el odio en amor. De ciudadanos malos, han hecho buenos; de malos cónyuges, buenos; de malos patrones, buenos; de padres malos, buenos; de hijos malos, buenos y de religiosos solo de nombre, han hecho adoradores devotos y fervientes.
Estos son los resultados de los avivamientos. “Por sus frutos los conoceréis” (Mt. 7:20). ¿Son estas las obras de Satanás? ¿Son estas cosas de abajo o de arriba? ¿Son terrenales o celestiales? Si son obras de Satanás, entonces su reino está dividido y está luchando contra sí mismo (Mt. 12:25).
También debe notarse que todos los hombres realmente creyentes que han visitado esas escenas están convencidos de que son obra de Dios. Los no creyentes y profanos se cuentan entre sus enemigos. Los curas papistas están en su contra. Los dueños de los bares están en su contra. Los unitarios están en su contra. Los amantes de los placeres están en su contra. Todas estas son cosas que hablan decididamente en su favor.
Estas son pruebas fehacientes de la obra de Dios, no del hombre ni de Satanás. Dios se ha levantado para realizar en nuestros días una obra digna de sí mismo, una obra gloriosa en la que los instrumentos humanos son descartados y el Espíritu Santo es el gran e indisputable obrero. Una obra como ésta no será fácilmente derribada. No será denigrada por las burlas, ni vulnerada por interpretaciones equivocadas, ni detenida por la hostilidad de los protestantes de nombre, ni los romanistas airados.
Arrojen sus puñados de arena en el torrente, ustedes, enemigos de Cristo, ¿acaso detendrá esto su victorioso avance? Coloquen embarcaciones en el Nilo desde Tebas hasta Alejandría, ¿incidirán estas sobre el desbordamiento de sus aguas? Traigan sus poderosas mangueras contra incendios para enfrentar esta conflagración divina que arrasa a Ulster (3), ¿podrán con ellas apagar siquiera una chispa? Llamen a los Balaam, a sus profetas mentirosos de la prensa, ¡ay ustedes Balacs de Moab! Colóquenlos en cada verde montaña desde Donegal a Downpatrick (4) y díganles: “Ven, maldíceme a Jacob, y ven, execra a Israel” (Nm. 23:7). ¿Cuál puede ser la respuesta? “¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?” (Nm. 23:8).
Tomado de Authentic Records of Revival, Now in Progress in the United Kingdom (Registros auténticos de avivamiento, sucediendo ahora en el Reino Unido), editado por William Reid, Londres: James Nisbet and Co., 1860.
1. ¿Qué significa avivamiento? Podemos definirlo como un período de bendiciones y actividades inusuales en la vida de la Iglesia Cristiana. Principal y, evidentemente y por definición, un avivamiento es algo que sucede primero en la Iglesia entre el pueblo cristiano, entre creyentes.
Eso, repito, es cierto por definición. Es avivamiento; algo es revivido y cuando decimos esto significa que ya hay algo que tiene vida. Pero esa vida comenzaba a declinar, a decaer hasta estar casi moribunda y algunos decían: “Está muerta, está acabada” porque no veían muchas señales de vida ni actividad alguna.
Avivamiento significa despertar, estimular la vida, volver a traerla a la superficie. Sucede principalmente en la Iglesia de Dios, entre el pueblo de creyentes en Cristo, y es sólo por un efecto secundario que afecta también a los de afuera. Éste es un punto muy importante porque esta definición nos ayuda a entender de una vez por todas, la diferencia entre un avivamiento y una campaña de evangelización (David Martyn Lloyd-Jones, Revival [Avivamiento], 99).
2. Unitarios – Miembros de diversos grupos antitrinitarios que negaban la deidad de Cristo, los cuales se originaron con Arrio de Alejandría (años 250/56-336) y otros en siglos posteriores; Fausto Socino (1539-1604) fue el líder de antitrinitarios en Hungría y Polonia durante la Reforma en Europa; todos los unitarios niegan la Trinidad y han ido rechazando, más y más, lo sobrenatural y la autoridad de la Biblia.
3. Ulster – El autor se refiere al gran avivamiento irlandés (1858-1859) que comenzó en Ulster.
4. Desde Donegal a Downpatrick – El autor se refiere a una distancia muy grande, pues Donegal está en el oeste de Irlanda y Downpatrick en el este, de tal manera que para ir de un lugar a otro es necesario cruzar toda la isla de este a oeste.